Las últimas estadísticas difundidas por el Indec hablan de un aumento de precios de alimentos y bebidas que se ubican por encima de la inflación. Esto, sumado a una retracción en el consumo integra un combo que impacta sobre todo en los comercios minoristas del rubro.

"La gente compra lo mínimo e indispensable", coincidieron desde almacenes y autoservicios de nuestra ciudad, quienes además notan que "la gente empieza a endeudarse para comer. Nosotros vemos que hacen una compra mínima de 400 o 500 pesos y pagan con tarjeta de crédito porque no tienen efectivo", apuntó uno de los comerciantes del rubro consultados por EL POPULAR.

La tendencia no es nueva, pero se profundizó en el marco de la pandemia que lleva poco más de un año en nuestro país.

"Hay productos que aumentan cada 15 o 20 días. Todos los días nos llegan listados de precios nuevos por whatsapp", aseguró el dueño de un autoservicio que funciona hace once años en Giovanelli y Vicente López.

Los alimentos volvieron a ser uno de los rubros con subas pronunciadas entre los considerados por el Indec, presentando una inflación mensual cercana al 3,7% en marzo. "Cada vez todo cuesta más", sostuvieron desde una despensa de barrio.

Hay productos de primera necesidad y otros que no lo son tanto y que es lo que primero deja de comprar la gente. "Si antes se daban un gusto con una gaseosa o una cerveza, ahora no", expusieron los comerciantes consultados.

A esto se suma otro problema, "las distribuidoras no quieren vender, están vendiendo menos y las fechas de vencimiento de los productos son más cortas. Al no haber rotación, las cosas terminan teniendo un vencimiento cercano", agregó Luis Sosa, quien preside el Centro de Almaceneros de nuestra ciudad.

Este problema, según su análisis, tiene una estrecha vinculación con la pandemia. "Se produce menos porque las fábricas están complicadas, con poco personal. Volvemos a estar como el año pasado".

Desde un autoservicio olavarriense contaron que "todo cuesta más, pero lo que llama la atención es que están saliendo productos de calidad. Se cayeron las marcas intermedias o las líneas bajas".

En cuanto a los precios, apuntaron que "hay cosas que remarcamos en un 10%, pero que deberían aumentar más. La gente viene, lo paga con tarjeta de débito que nos cobra a nosotros un 12% más. O sea, terminamos perdiendo, pero a veces es la única manera de vender determinados productos".

Otros dos frentes

Al contexto general, con una suba de precios y una baja en el consumo, desde el rubro minorista de alimentos se abren dos frentes más: por un lado la competencia de los comercios mayoristas del sector que venden al público en general a precios más bajos, una realidad que se ve cada vez más y que perjudica de manera notable.

Otra cuestión pasa por el debate del horario corrido y que vuelve a reflotarse ahora a partir de la presentación de un proyecto de ordenanza por parte del presidente del bloque del Frente de Todos, Guillermo Santellán.

Lo que se busca es establecer "en todo el Partido de Olavarría el horario para el desempeño de actividades comerciales y de servicios en la franja horaria de 7 a 19 de lunes a viernes, y de 7 a 13 los sábados".

Todo mediante "un acuerdo con comerciantes, sindicatos y cámaras del sector" que fije un horario de apertura y cierre "escalonado por rubro o tipo de establecimiento que permita el desarrollo adecuado de las actividades comerciales, respetando la jornada laboral de 8 horas".

A la par, desde la asociación Comerciantes Unidos de Olavarría se lanzó hace unos días una encuesta virtual para sondear en los distintos rubros las opiniones respecto al establecimiento de un horario corrido, por lo menos durante el invierno y en el marco de una segunda ola de casos positivos de Covid.

En este contexto, desde el Centro de Almaceneros de nuestra ciudad se presentará una nota al Concejo Deliberante en las próximas horas. "No estamos negados, simplemente creemos que no es momento para realizar estos cambios, quizás en un futuro cuando todo esto pase podríamos sentarnos todos los sectores a conversar y analizar qué es lo más conveniente", sostuvo Luis Sosa en diálogo con EL POPULAR.

"La despensa es la que mantiene la economía del barrio. Si un vecino no tiene efectivo para comprar le fiamos, si sale de trabajar pasa por la despensa a hacer unas compras antes de llegar a su casa. El funcionamiento es así", apuntó en referencia a este rol que cumple el comercio minorita fuera de las cuadras que conforman el centro y microcentro de la ciudad.

A modo de ejemplo, y con 18 años de dedicación al ramo, Sosa contó que desde su autoservicio "le estamos llevando alimentos a los vecinos que están aislados por Covid, esta función la estamos haciendo nosotros, las despensas y almacenes. Nos hacen el pedido y le dejamos las cosas en la puerta. Este es el vínculo que tenemos".

En medio de una segunda ola de casos positivos que no da tregua y con una inflación que va por encima de los incrementos salariales que se traduce en una baja de consumo, la situación para el rubro no es de las mejores. Somos un sector que nunca paró de trabajar porque somos esenciales, pero estamos trabajando a un 40, 50 o 60 por ciento según cada realidad", cerró.