Con incrementos promedio de un 30% interanual, el mercado de alquileres de locales comerciales en la zona céntrica de la ciudad atraviesa momentos complicados, que no escapan a una crisis económica general que tracciona tanto cierre de persianas como traslados de emprendimientos. Algunos comercios con trayectoria han cerrado sus puertas luego de la correspondiente liquidación, mientras que otros -la mayoría- busca una locación que le resulte más económica, aunque también están los que, analizando sus posibilidades, se arriesgan a un inmueble mejor ubicado y más costoso.

"Hay mucha oferta de locales desocupados -advierten desde J. Llorente Gestión Inmobiliaria- y en la zona céntrica, los bien ubicados no son baratos: se llega a pagar entre 40 y 50 mil pesos por mes y a eso, hay que sumarle uno o dos empleados" como para "redonder" una apuesta comercial que suponga aceptación de los consumidores y los consiguientes réditos.

Juan Carlos Notararigo, desde la inmobiliaria que lleva su apellido, admite que "hay muchos locales vacíos", pero también que "no permanecen mucho tiempo desocupados", de cara de una crisis que en su opinión, resulta "rara, extraña, con muchos aspectos contradictorios". En este sentido, no puede evitar analizar "incongruencias que no llegás a comprender: ayer (por el domingo) en la tardecita salimos a pasear, gastando nafta como no deberíamos hacer, y el movimiento en la ciudad era incesante. La ´vuelta al perro´ llena de automóviles, las confiterías abarrotadas, el restaurante que abrió la semana pasado lleno y en el estacionamiento del Bingo no había lugar. Entonces, ¿dónde está la crisis?", se preguntó.

Sin embargo, dijo, "se ven locales desocupados, hay una oferta importante". Hay que tener en cuenta que en la estructura de costos de un comercio lo que se paga de alquiler representa entre un 10% y un 15%, aunque a veces puede ser mucho más. Todo depende de la actividad que se lleve adelante o el rubro específico, y por eso las subas en este ítem es importante para quien lleva adelante una actividad.

Notararigo tiene casos de comercios que "se achican" y otros que "se agrandan". Un comerciante ubicado sobre la calle Necochea se negó a renovar contrato con el 30% de incremento promedio aplicado a los alquileres este año, por debajo de porcentuales de inflación que se acercan al 50%. "No estaba dispuesto a pagarlo y optó por mudarse a un local en una calle paralela, donde paga menos del 50% que en el primero. Cuando le preguntamos por qué, nos dijo que la clientela lo sigue y ese es un buen argumento: no trabajan con la gente que camina".

Por el contrario, otro caso es que quien incrementa sus ventas a partir de esos compradores -los que caminan la calle-: "se mudaron de la calle Necochea a la Rivadavia y pagan el doble, pero apuestan a un caudal mayor de clientela. Entonces, son muy variables las circunstancias de la desocupación de locales".

Asimismo, Notaraigo introdujo en su análisis la cuestión de que "muchos rubros se instalan sin hacer un estudio de mercado, con falsas expectativas, y así resulta que algunos nichos están sobredimensionados", a lo que sumó que aquí, como seguramente ocurre en ortras ciudades, "cuando un determinado rubro le encuentra la veta, enseguida aparecen cuatro o cinco que lo están copiando".

A la hora de evaluar los valores de esos alquileres, Notararigo explicó que "los costos más elevados y lo más buscado se encuentra sobre Vicente López, en la franja que va de Coronel Suárez a Sargento Cabral. Lo mismo ocurre con la Rivadavia y después está la calle Necochea".

En los barrios, mientras tanto, "hay calles que se han transformado en netamente comerciales, como la avenida Urquiza o la Pellegrini, donde abundan los emprendimientos comerciales, locales barriales que ya tienen su clientela, pero son otros valores".

Por el lado de los comerciantes, "muchos se quejan y hay otros que no, pero hay un porcentaje importante que asegura que las ventas han caído". En el caso de la Inmobiliaria Llorente, también se percibe esa realidad. "Está todo muy complicado. Hay una amplia disponibilidad de propiedades para alquilar y no se advierte que esto vaya a cambiar en lo inmediato. Otra cuestión es que la gente no puede pagar: en nuestro caso, tenemos una morosidad del 20%, algo que no pasaba hace cuatro meses atrás", finalizaron.