Daniel Puertas

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Por unanimidad y con algunos leves cambios, el Concejo Deliberante aprobó ayer en una sesión especial el proyecto del Departamento Ejecutivo otorgando beneficios impositivos a contribuyentes cuyos ingresos no hayan superado el año pasado los diez millones de pesos. Es una rebaja del 50 por ciento en la Tasa de Seguridad e Higiene y los contribuyentes deberán estar al día con sus obligaciones tributarias. Por mayoría, se rechazó la declaración de emergencia pyme.

Previsiblemente, al tener que debatir sobre la cruda realidad económica actual hubo algunos duros cruces entre oficialismo y oposición, el más áspero de los cuales lo protagonizaron la oficialista Celeste Arouxet y el kirchnerista Federico Aguilera.

Todos estaban de acuerdo en otorgar cualquier tipo de beneficio a pymes, comercios y monotributistas que están sufriendo los embates de la crisis, pero tienen profundas diferencias en lo que hace a las causas que la originan y a su verdadera magnitud. Sobre eso no hay punto de acuerdo y las divergencias son cada vez más notorias.

La radical Celeste Arouxet fue quien fundamentó la iniciativa y la que afrontó después la posición oficial en el debate. Esta vez el oficialismo se movió con el apoyo de los dos concejales del Frente Renovador y del minibloque de Radicales Convergentes, con lo que alcanzó el número suficiente para rechazar la declaración de emergencia y de varias mociones para modificar artículos del proyecto original del Ejecutivo, aunque se logró consenso para cambiar otros.

Al fundamentar la iniciativa, Celeste Arouxet usó en un momento las palabras "crisis locales" como razones para la decisión del Ejecutivo, quizá como intento de eludir el riesgo de traer al debate la situación económica general. Precisó que aunque supone una baja en los recursos municipales esto no implica que se vea "comprometida la situación del Municipio" .

El beneficio será automático y quienes adeuden tasas municipales deberán adherirse a un plan de pago para recibir el beneficio, mecanismo que luego sería cuestionado por la oposición, que sostuvo que los morosos tendrían que pagar una suma más de diez veces superior al beneficio mensual que recibirán.

Gabriela D''Elía (Radicales Convergentes) pidió enseguida un mecanismo para incorporar a los deudores y valoró la iniciativa del Ejecutivo.

Aunque valoró "el reconocimiento del Ejecutivo y el bloque oficialista de la realidad del sector", Eduardo Rodríguez (Cuidemos Olavarría) recordó que el año pasado su bloque ya había presentado un proyecto para declarar la emergencia pyme, el que dijo debió haber sido tratado antes.

Coincidiendo con D''Elía, Rodríguez planteó la necesidad de que se conforme una mesa de diálogo entre comercios, pymes, el Departamento Ejecutivo, el Departamento Deliberativo, cámaras empresarias, y la Facultad de Ingeniería.

Además sostuvo que con una "cobrabilidad del 50% solo serían poco más de 3000 beneficiarios y no los 7 mil que plantea el Intendente" al dejar fuera a los morosos y anticipó que en la votación en particular propondría modificaciones al articulado.

Desde el Frente Renovador, Emilio Vitale saludó el proyecto y adelantó que también presentaría propuestas de modificaciones.

Después Federico Aguilera adelantó el apoyo de su bloque a la iniciativa, pero haciendo la salvedad de que se trata de un "simple paliativo" que está lejos de aportar una "solución", ya que por las medidas del Gobierno "la economía está en picada".

La apertura de las importaciones, los tarifazos, la disparada del dólar y las políticas "destinadas a fomentar la timba y la especulación financiera por sobre la producción" son para Aguilera las causas de la crítica situación de las pymes.

Subrayó que no se puede esperar el "cierre de fábricas, los despidos para discutir si hay emergencia o no. La mejor opción era declarar la emergencia. No entiendo cual es el resquemor con la palabra Emergencia. El agua le está llegando al cuello a muchos".

Enseguida le salió al cruce Celeste Arouxet, focalizando las causas de la crisis en la pesada herencia, asegurando que el kirchnerismo "dejó un país en ruinas" y lanzó un dardo envenenado al asegurar algo así como que "lo que no destruyeron se lo robaron".

Como no podía ser de otra manera, la respuesta de Aguilera fue un aluvión de dardos no menos filosos que los de Arouxet. Arrancó cuestionando que se le recriminara no haber hecho los planteos en comisión porque la iniciativa "nunca pasó por la comisión de Legislación" y le recordó a Arouxet, quien antes se había definido como radical, que "ustedes se fueron en helicóptero".

Volvió sobre los dichos de Arouxet cuestionándole que hablara en la sesión y no antes en comisión diciendo que "no sabía que necesitaba permiso para hablar" y subrayó que él estaba representando a la gente que lo votó y que no pensaba callarse y que "me van a seguir escuchando".

Después vinieron los rechazos a algunas modificaciones, el acuerdo para otras y todo concluyó con un recordatorio para Florentina Gómez Miranda y otra irrupción de la dramática realidad que entró como un viento helado con un minuto de silencio por las dos policías asesinadas y la mención a la directora y la portera muertas en una explosión en una escuela de Moreno.