Si bien aún no ha transcurrido un mes del contundente paro de 48 horas impulsado por el Frente Gremial Docente bonaerense, que se desarrolló en la reanudación del ciclo lectivo luego del receso de invierno, su impacto determinó una serie de mejoras reclamadas por el sector en beneficio de las condiciones en que se desarrollan las clases en la escuela pública.

Esas demandas, relacionadas con deficiencias en la infraestructura, con las restricciones en comedores escolares, con las prestaciones del IOMA y con la situación salarial, fueron atendidas en distinta medida desde la Provincia, pero se apunta ahora con mayor vigor al monitoreo de los salarios, en virtud de la pérdida de poder adquisitivo provocada por la inflación.

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