Inesperadamente, ayer se juntaron dieciocho intendentes del PRO y el Jefe de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, un firme candidato para las presidenciales de 2023.

Lo más relevante del encuentro fue la presencia de Jorge Macri, uno de los macristas fuertes de la Provincia, intendente de Vicente López y un hombre que no tiene muy buena relación con Rodríguez Larreta, quien quiere jugar en territorio bonaerense, fundamentalmente en el Conurbano, con Diego Santilli, quien ya está viendo otros dirigentes del peronismo y algunos sindicalistas de La Matanza para competir con quien Cristina delegue su representación. Se sabe que la Sección es decisiva para desnivelar en cualquier elección y es donde la Vice centra todas sus esperanzas.

En el Municipio están muy contentos porque al elegir Olavarría como punto de encuentro, Ezequiel Galli quedó como "un intendente de los dos grupos de la interna", y como bisagra o prenda de unidad entre la gente que hoy juega con Larreta y Vidal y el otro que se alinea con el intendente de Vicente López, Patricia Bullrich y Mauricio Macri.

La ex gobernadora regresa de los EEUU el martes y ya suponen que va a competir en la Ciudad en donde tampoco la tiene facil. A Bullrich no le queda otra alternativa que hacerlo allí también porque no tiene domicilio en la Provincia y ya no hay tiempo para constituirlo. Pero tendría a la abogada Florencia Arieto para que la represente.

Faltan los radicales que han quedado afuera de este desangrado macrista pero con ganas de competir con un candidato que mide muy bien. Se trata del neurólogo Facundo Manes, quien tendría todo el respaldo del radicalismo, ganadores y perdedores de la interna.

Ante semejante compulsa en la que falta aún la Coalición Cívica, la pregunta de rigor es saber si podría habilitarse semejante Paso que podría fragmentar y desangrar al espacio. ¿Quien definiría la persona capaz de ordenar al resto?.

Ezequiel Galli quedó como el Intendente de los dos mundos en pugna, pero sin poder decidir aún si juega con Macri, con Rodríguez Larreta o será quien ponga los paños fríos necesarios para preservar la unidad de la coalición. Mientras tanto, Mauricio, algo resentido porque se lo quiso jubilar antes de tiempo, se restriega las manos ante la eventual aparición de Manes quien podría "limpiarle" la propia interna de su partido que cada vez se va pareciendo más a otros partidos.