El preocupante episodio tuvo lugar en la casa de Graciela Echeverria, una mujer que logró hacerse de ese inmueble tras varios años de lucha y asistencia por parte del municipio local. Sin embargo, todo eso pudo haber desaparecido en minutos si no fuera por la cautela tanto de su hija, que fue quien descubrió el hecho, y los agentes policiales que arribaron minutos después.

Un grupo de delincuentes forzó una de las ventanas laterales para poder ingresar a la propiedad ubicada sobre Álvaro Barros entre Mendoza y Corrientes, en pleno barrio Scac. Ya en el interior se apoderaron de un televisor de 32 pulgadas, al que directamente arrancaron del lugar, ya que la evidencia de ese acto quedó en los cables y apliques destrozados.

No obstante, no parecieron conformarse con ello ya que abrieron las garrafas del lugar momentos antes. Las víctimas se encontraban realizando diversos trámites en el Hospital Municipal. Todo fue descubierto por una de las hijas, de 12 años, que al ver la ventana forzada decidió alumbrar en primera instancia con un teléfono celular con el temor de que los delincuentes aún estén en el interior.

Se dio aviso a la policía y fueron ellos los que irrumpieron en el lugar y percibieron las pérdidas de gas.

La denuncia fue radicada en la sede de la comisaría Primera. Desde el Ejecutivo local, a través de las áreas correspondientes, se le habría asegurado a la mejor la ayuda en la reparación de los daños y hasta en la provisión de elementos para la mejora en la seguridad del inmueble.