En la causa ya no quedan sospechosos tras haber sido sobreseído un hombre que había sido imputado en principio como presunto autor material del crimen. Cuando se aproxima a los diez años la fecha de su desaparición, que se produjo el 28 de octubre de 2004 cuando la víctima se despidió de su madre, Graciela Alderete, al llegar a una parada de colectivos; el caso permanece impune y no hay expectativas de que esta situación pueda variar.

Desde aquel momento Alderete vivió una odisea que aún hoy la tiene en forma incansable en la lucha por la búsqueda de justicia. La instrucción de la causa pasó por las manos de la mayoría de los fiscales locales, hasta llegar finalmente a la mesa de trabajo de Martín Pizzolo, quien asumió la dirección de la investigación ni bien desembarcó en Olavarría proveniente de Buenos Aires. Para ese entonces la causa transitaba sin mayores novedades desde hacía tres años.

Los restos del joven habían sido encontrados en abril de 2005 en un descampado en las afueras de la ciudad, a la vera de la Ruta Nacional Nº 226. Fueron años de peritajes, averiguaciones, testimonios y mucha incertidumbre. Sin embargo, el paso más resonante se daría recién a fines del pasado año, con la citación a declaración indagatoria de un hombre y la imputación por el delito de "homicidio simple". Pero el lunes pasado llegó el sobreseimiento para el acusado y la causa volvió a fojas cero, si bien el fiscal apelará la medida ante los magistrados de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Azul.

Ayer, ante esta nueva fecha que se cumple y que la llena de dolor, Alderete planteó a EL POPULAR Medios que "yo ya les había anticipado que cuando encontraran al asesino le iban a dar un premio", al referirse a que la investigación carezca hoy de sospechosos.