Tango que me hiciste bien y te sigo queriendo
"Canto hace mucho tiempo. Desde los ocho años. Es decir, cincuenta. Me acuerdo que mi primera actuación fue en el fogón del Club de Niños de Estudiantes. El primer tango que canté fue Tiempos Viejos. Es que mi viejo (Mario, fallecido) era cantor de tangos y yo me comía todos los ensayos, así que me empezó a gustar. Profesionalmente, canto desde los 25 años. Al programa Para Todos, en Canal 8 de Mar del Plata, fui a los 20 años. Después estuve en la Peña Salteña cantando. A los 21 entré con el Cholito Borelli en la Típica del Novecientos, y en la Orquesta Estable Municipal a los 24/25 años" contó Mario Bellomo (58), cantor de mil noches, porteñas, olavarrienses y de la zona, quien tiene al tango como su gran pasión, aunque haya tenido que trabajar en el ferrocarril y ahora tiene una inmobiliaria.
"Pasé a ser profesional porque ya estaba establecido, institucionalizado, y ahí comencé a trabajar como cantante y tomarme eso como algo laboral. A veces uno iba a cantar para que te conocieran, como siempre, después se comenzó a cobrar un dinero. Y todo coordinado con mi trabajo en el ferrocarril, del que ya estoy jubilado. Pedía, cuando uno tiene cierta antigüedad, los servicios locales y estaba todo el año acá, pero cuando venía el verano y paraban de tocar las orquestas, entonces pedía trenes de pasajeros y salía viajando. Era un privilegio pedir eso, pero me lo daban después de tantos años" siguió diciendo Mario, quien con María Cristina Villegas (59) tienen tres hijos: las también cantantes (que incursionaron en el tango, pero también en otros estilos, con el mismo éxito) Marina (40) y Florencia (35) y Carlos (29), y dos nietas: Itatí (8) y Pilar (1).
¿El escenario que te tocó las fibras más íntimas, cuál fue?
Todos. Todos, sin dudas. Desde un tablón que estaba sobre un tambor de doscientos litros hasta el Luna Park.
¿En el Luna Park fue inolvidable?
Fueron los "100 años de Hugo Del Carril", donde estuvo Raúl Lavié y tantos otros. Pero todos los escenarios me emocionaron. La adrenalina es la misma, sea donde sea. Cantar para una persona, cien o quince mil es lo mismo, porque cuando se encienden las luces se pierde la dimensión de la cantidad de gente. La responsabilidad, los miedos de que todo salga bien, es el mismo con poca gente o mucha gente. Es lindo cantar con 15 mil personas como público porque el aplauso es diferente, es cierto, pero la adrenalina es igual. Canté para 15 mil personas, sí, y todos los años hacía La Fortinera, en Daireaux, y ahí metían entre 15 y 20 mil personas. En el Luna Park hubo 5 mil, y en los megaeventos siempre fue mucha gente.
¿Qué amistades te quedaron de tantas noches de tango?
Muchísimas. Todos, en realidad. Hay algunos que ya no están, como Reinaldo Martín, un amigazo. De esos que venían a mi casa, que tenía una actuación cerca de Olavarría y venía antes para acá a quedarse en mi casa, y después lo llevaba y lo traía al show. Todos son muy buena gente.
¿Después llegaron las hijas y esperabas que cantaran?
No...pero me gustaba. Siempre hubo una tendencia, obviamente. Marina era tan chiquita que no podía ir al conservatorio y Carlitos Rossi la aceptó con cinco años, fue con el teclado que le había comprado. Yo quería que las dos aprendieran música. Marina inclusive tiene un repertorio más moderno, más Piazzolla, porque le gusta ese estilo. Florencia dice que siempre jugó arriba del escenario, y no hay un comienzo exacto para todo, son secuencias que se van dando. Flor es más abierta en el repertorio y Marina es más académica, aunque fue al conservatorio y al poco tiempo no quiso ir más. A Marina le hicieron el primer contrato profesional a los 13 años y Florencia estuvo en el Soñando por Cantar, además de haber ganado varias veces en los Torneos Juveniles Bonaerenses. Pero ella dice también que cambió una pasión por otra, es decir el canto por la psicopedagogía, mientras que Marina es contadora, aunque las dos cantan. ¿Y yo?, yo soy cantante, por más que trabajé en el ferrocarril y desde hace años tengo la inmobiliaria porque soy martillero, pero si me preguntan digo cantante, porque canté toda mi vida.