"¿Lo artesanal?, poco se trabaja ya en eso. En relojes, pocos; en joyería si, porque es artesanal. Hay cosas que se hacen taller y otras en fábrica. Y lo que la gente trae para hacer son anillos de letras, porque le gusta adornarse desde la época en que se colgaban los huesitos en la oreja. Siempre hay algo, como medallas o hebillas. antes se usaba mucho el oro, luego la plata, también oro y plata juntos, y ahora acero quirúrgico -que están bien terminadas y no son tan caras- y si seguimos así, trabajaremos en plástico" dice riéndose José Luis Oliveti (62), quien hoy celebra el Día del Joyero y Relojero, quien cada día en su negocio de la calle Necochea, está metido en el taller, trabajando minuciosamente, con mucho detalle, seguridad y precisión casi quirúrgica, en las cosas que debe arreglar, donde también lo ayuda mucho su sobrino Nicolás.

Para hacer ese trabajo, no sólo se necesita mucho conocimiento sino también muchísima paciencia. Al respecto, José Luis comentó que "un poco de paciencia, seguro. Pero es un trabajo como cualquiera. Por ahí nos dicen artesanos, pero no sé si es tan así. Alguno quizá haga arte. Es un trabajo puntilloso, en cosas chicas; diría que es más que milimétrico, sino que son décimas de milímetro, y el margen de error es muy chico. Igualmente, si hay algún pequeño error se puede acomodar, pero reitero que es un trabajo como cualquiera. Hay que tener oficio, por supuesto", explicó Oliveti.

"Antes había escuelas que enseñaban este oficio y ahora hay algunos cursos de joyería, aunque de relojería ya no tanto. Estamos hablando de relojería mecánica, es decir ese reloj que hace tic tac, ya que a ese reloj lo ha reemplazado mucho el cuarzo. Esos relojes que hacen tic tac son los finos, finos, finísimos, como Longines u Omega, por ejemplo, y son muy caros. ¿Los de pared?, los que se tienen en este momento a la venta son a pila, y se reparan esos que son muy viejos, que tienen 80 o 100 años" señaló José Luis, quien aprendió el oficio de relojero gracias a su tío Enrique Oliveti, quien tiene el negocio hace 30 años, "y de oficio llevo 53 años, ya que empecé a los diez años y estoy por cumplir 63", aclaró.

Marcela, quien hace 19 años que trabaja en Joyería Oliveti, es la que está en el día tras día atendiendo a la gente. Y respecto de lo que la numerosa clientela va a buscar para comprar, por ejemplo, señaló que "hoy se maneja mucho más la compostura, el arreglo, y siempre hay compras aunque con esta situación la gente está mucho más cuidadosa con los gastos. El acreo quirúrgico hoy está poniéndose muy de moda y se venden cosas más chicas, de valor más bajo, como aros, cadenas, dijes, todo en acero; anillos también. El reloj no se vende tanto como antes porque de alguna manera lo reemplaza el celular, ya que vienen cambiando las costumbres también" explicó.