"EL GENERAL DEL PUEBLO" (Cómo pasó Zúñiga del papel de héroe al de villano)
Por: Centa Rek - Senadora de Santa Cruz
Fines de junio, se advertía una de las semanas más conflictivas para el gobierno de Luis Arce con anuncios de bloqueos de carreteras, marchas de protesta y otras medidas de presión planteadas en consecuencia a la falta de soluciones a la crisis económica política y social que actualmente afecta a los bolivianos.
Estas circunstancias detonaron un “encuentro” entre el primer mandatario de Bolivia y el comandante del Ejército J.J. Zúñiga. Se usó un evento deportivo con fines propagandísticos, en una jornada en la que participó el primer mandatario con el general Zúñiga, juntos grabaron un spot en el que aparecieron como campeones y parte de un equipo de baloncesto. Según el propio relato de Zúñiga, fue allí donde se tomó la decisión de sacar las tanquetas del Ejercito a la calle con la finalidad de hacer una clara ostentación de fuerza, amenaza y poderío.
Esto ocurrió el 23 de junio, ahora se sabe que no fue un hecho fortuito sino parte de un plan pre concebido desde junio de 2023, como lo ha denunciado en las últimas horas un militar que ha sido ex agente del servicio de inteligencia y que trabajó de manera cercana con el general Juan José Zúñiga. Hablamos del capitán de Caballería, Sergio Castro Ustariz, quien ha revelado desde su exilio que desde el 2023 ya existía un plan de toma del poder por parte de la Fuerzas Armadas, el mismo que estaba siendo preparado desde esferas del gobierno, con participación y aquiescencia del mismo presidente Arce y Zúñiga. En estas declaraciones el capitán Castro devela, además que en aquel momento recibió órdenes para comenzar a crear una imagen político mediática de Juan José Zúñiga para presentarlo como “el general del pueblo”, imagen que se diseñó explotando su origen minero norte potosino, con apoyo de plataformas minero campesinas.
Según las revelaciones del ex oficial de Inteligencia, el plan consistía en construir mediáticamente la imagen del “general de pueblo” para que en un momento determinado asumiera transitoriamente la Presidencia del Estado (a la cabeza de una junta militar), que tendría la misión de tomar las riendas del país y convocar a elecciones que serían totalmente controladas a fin de garantizar el retorno del Movimiento Al Socialismo a la cabeza de Luis Arce Catacora. El autogolpe- golpe se realizaría después de haber provocado focos de conflicto e insurrección y bajo el argumento de que las Fuerzas Armadas tienen el deber constitucional de garantizar la seguridad y la paz nacional (argumento que Zúñiga posicionó en la entrevista del 24 de junio), pretextando que el país había llegado a los límites de una situación de caos y descontrol.
Podríamos colegir que en el encuentro de basquetbol Arce y Zúñiga dieron por sentado que había llegado el momento de la puesta en escena, equivalente a dar el paso de trasmitir el mensaje hacia el plan pre establecido, motivo por el cual Zúñiga asistió al programa de TV en el que,siguiendo el libreto acordado, profirió amenazas contra los sectores opositores y de manera directa y específica contra el ex presidente Evo Morales, dejando por sentado que estaba firmemente decidido a tomarlo preso en caso de que este se atreviera a generar paros y bloqueos. Zúñiga afirmó en la entrevista: "las FFAA son el brazo armado de la defensa del gobierno", etc, etc.
El libreto iba según lo acordado, hasta que se generó el ingreso del "Grupo de Puebla" que tal vez respondió a las advertencias de un servicio de contra inteligencia que puede haber reconocido o filtrado las intenciones que estaban en ciernes. Así es como –suponemos- se procede a desactivar el plan de origen y surge la exigencia de que Zúñiga sea alejado de su cargo por haberse inmiscuido en deliberaciones políticas (autogolpe).
En este clima el presidente Arce Catacora anuncia la destitución de Zúñiga, ínterin en el que se desatan los sucesos harto conocidos del 26 de junio pasado: bajo la mirada atónica del pueblo, la TV exhibe a Zúñiga que se había trasladado a la plaza Murillo con tanques y tropas, emberrinchado y descontrolado en el momento en el que tenía que ser posicionado el nuevo Alto Mando militar. Es fácil suponer que Zúñiga se vio irremediablemente alejado de la promesa de gobernar como el "general del pueblo" razón por la que se dispuso a exigir lealtades e ingresar de manera violenta y abrupta a la casa de gobierno, para luego retirarse sin resultados; mientras Arce daba continuidad a un nuevo guion posicionando autoridades militares y festejando su victoria con arengas envalentonadas, exitistas y celebraciones improvisadas.
En un santiamén Zúñiga había sido desplazado del papel prometido de general- héroe salvador del pueblo al de villano golpista, procesado, dando un giro en la continuidad del nuevo libreto que dio un golpe de timón con el propósito retomar el control de las FFAA y dar paso a una cacería política y militar.
Recordemos que Zúñiga fue elegido como comandante del Ejercito dentro del perfil creado por los gobiernos populistas que buscan manejar y desinstitucionalizar a las Fuerzas Armadas, cooptándolas políticamente; realizan una toma blanda de la institución castrense en la medida en que se dispone que los últimos de cada curso sean quienes asuman los mandos superiores. Zúñiga estaba entre los peores calificados de su promoción y fue elegido por este "mérito" bajo la consideración de que sería fácil de controlar y manipular, a fin de que en la eventualidad y pertinencia pudiera asumir las riendas del país bajo total sometimiento a sus socios- aliados que habían hecho posible su ascenso.
Las revelaciones del Mayor Castro se constituyen en una pieza del rompecabezas que nos permite entender los hechos del 26 de junio, como el resultado de la aplicación de una receta, de un libreto generado por estrategas venezolanos dispuestos a todo antes que perder el poder, que no es otra cosa que el libreto de las dictaduras de los gobiernos populistas del Socialismo del Siglo XXI.
Las declaraciones del Mayor Castro dejan en evidencia que en Bolivia no existe democracia, que no hay posibilidad de acciones políticas como tales y que el gobierno reduce sus actuaciones a la aplicación de estrategias y recetas que están claramente identificadas como un terrorismo de Estado por estar totalmente alejadas de prácticas que tienen que ver con acciones dentro de un juego político-democrático, que están totalmente fuera del campo político.
El Mayor Castro ha develado también que todos los sectores opositores están infiltrados con agentes encubiertos, que los venezolanos y sus agentes bolivianos no han dejado nada al azar e incluso han previsto "factores de unidad con la oposición",como es el caso de que el autogolpe debe plantear consignas de liberación de presos políticos; revela que estos agentes fueron los que acuñaron la consigna del "voto útil" en las pasadas elecciones, o sea definen y han definido todos los pasos que darán incluso los opositores.
En este contexto golpe y autogolpe son siameses inseparables, finalmente todo es autogolpe en beneficio del régimen.
La oposición democrática y no funcional tendría que considerar que es imprescindible meditar y aprender en función a estas advertencias, pero sin embargo sigue ciega hacia el precipicio al que la conducen el llamado de los cantos de sirenas.
¡Quo vadis Bolivia!