En una situación crítica para el sector de transporte de combustibles, más de 1.200 camiones cisternas están varados en diversas ciudades de Perú, Chile, Argentina y Paraguay debido a la falta de pagos por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Esta problemática ha sido denunciada por Lino Huanca, secretario general del Sindicato Unión de Conductores Asalariados en Combustibles Internacionales.

En una entrevista con La Razón Radio, Huanca detalló que su sector tiene más de 500 cisternas paradas en Mollendo, Perú; 300 en Iquique y Arica, Chile; 200 en Argentina y otras 200 en Asunción, Paraguay. La principal razón de esta paralización es que YPFB no ha realizado los pagos correspondientes a las empresas proveedoras de combustible.

"Las empresas proveedoras indican que Yacimientos no ha cancelado. Hay combustible, pero YPFB no está cancelando," explicó Huanca, señalando que esta falta de pago ha dejado a los camiones sin poder cargar gasolina y diésel para trasladarlos a Bolivia.

Esta situación ha generado una gran preocupación y desesperación entre los conductores, quienes enfrentan dificultades extremas mientras esperan en las fronteras. Muchos de ellos sufren de enfermedades, y otros están preocupados porque sus permisos están a punto de vencer. Además, la espera prolongada los expone a robos, asaltos y otros inconvenientes.

"Hay mucha desesperación de los choferes. Es una situación muy estresante," lamentó Huanca. Ante esta crisis, el sector está solicitando una reunión interinstitucional para analizar medidas y soluciones posibles. "Nos sentimos muy afectados, no hay estabilidad laboral para nuestro sector," afirmó el dirigente.

Huanca hizo un llamado urgente a la empresa estatal para que cancele todos los pagos pendientes y permita a los conductores cargar los carburantes y retornar al país con normalidad. "Que YPFB termine de pagar los costos de productos," demandó.

Esta situación se torna aún más alarmante al recordar que, en abril, cinco choferes fallecieron mientras esperaban cargar combustibles en las fronteras por más de 20 días. En esa ocasión, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, deslindó responsabilidad de la estatal petrolera, indicando que era un problema entre privados.