Este 2025, los bolivianos celebraremos el bicentenario de nuestro país, el cual en todos estos años de vida soberana experimentó momentos importantes de progreso y avances en distintas áreas pero también desafíos políticos, sociales y económicos.  

Una nueva gestión comenzó, a través de la cual debemos instrumentar varias alternativas que nos permitan enfrentar retos actuales y poder convertir a Bolivia en un país competitivo.

El bicentenario de Bolivia no solamente es importante por los distintos hitos históricos, sino que también este año se redefine la situación política de nuestro país con las elecciones judiciales para un nuevo gobierno, el cual debe priorizar la solución de problemas que nuestra economía arrastra como la poca disponibilidad de divisas, las dificultades para el abastecimiento de combustible, la reducción de Reservas Internacionales Netas, entre otros que debilitaron nuestra economía después de lograr excedentes económicos (superávits) consecutivos en años anteriores. La primera tarea es encontrar la fuente alternativa de ingresos de divisas, ante la creciente escasez de gas para la exportación. 

Otra de las tareas primordiales es la diversificación de nuestra economía, reemplazando la economía extractiva-monoproductora para que podamos encaminarnos en la ruta del desarrollo sostenible. El gobierno debe orientar políticas que permitan el cambio de la matriz económica con la inclusión de nuevas áreas como el desarrollo de la tecnología 4.0 del talento, la economía verde con la venta de oxígeno, inteligencia artificial, así como proyectos de producción de energía eléctrica con represas como Chepete-Bala, Miguillas, entre otros. 

Para entender nuestra evolución económica, es necesario destacar diversas etapas en nuestra historia; la era de la plata y posterior era del caucho así como la era del estaño. Recientemente, pasamos a la era del petróleo y hoy en día esperamos ingresar a la era del litio. Debemos recordar que su explotación comercial ya debía estar en marcha, pero esto no se concretó y pese a tener la mayor reserva mundial, no tenemos aún presencia en el mercado internacional.

La reducción del déficit fiscal es otra de las tareas que debe priorizar el gobierno, para lo que hace falta una decisión política que opte por gastar menos de lo que se tienen como ingresos reales. De esa manera, se podrá evitar la estanflación, la cual provocaría mayores sacrificios y desventajas económicas para la población. 

El potencial del país es grande, considerando que la economía de Bolivia está caracterizada no solamente porrecursos naturales no renovables, sino también por agricultura, ganadería, además del turismo.

Distintas personalidades destacadas en análisis económicos afirman que entre los sectores agropecuario y turismo, podrían generar unos 6.000 millones de dólares en un año, suficientes para cubrir la pérdida de ingresos por la reducción de las ventas de gas natural.

El análisis económico para este año considera que el Presupuesto General del Estado 2025 de Bolivia anticipa un crecimiento del 3,51%. Se alcanzó un 1.4% en 2024 y distintos organismos prevén un 2.2% esta gestión. Se registró un déficit comercial de 329 millones de dólares reportado en los nueve primeros meses de 2024.  

La gestión 2024 finalizó con una inflación acumulada del 9,97%, marcando el aumento más alto en 16 años.  La última vez que Bolivia registró un nivel de inflación tan elevado fue en 2008, cuando alcanzó un 11,8%. Esta gestión se prevé que supere el 11 o 12%.                                      

Según los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística, las exportaciones acumuladas de enero a noviembre 2024 decrecieron en un 19% respecto al mismo periodo del 2023. En el mismo sentido, las importaciones bajaron en un 16% en comparación con la gestión pasada.

Otras cifras alarmantes de nuestra economía son las Reservas Internacionales Netas, de las cuales se registraron 1.976 millones de dólares a diciembre de 2024. Sin embargo, cabe destacar que solamente contamos conel 4% en dólares, es decir 78 millones de dólares y el restante 96% son lingotes de oro. 

Para esta gestión, se aprobó el Presupuesto General del Estado, el cual prevé una inversión pública de 4.024 millones de dólares. De la misma manera, 3.000 millones de dólares es la cifra límite de endeudamiento del país para apoyo presupuestario así como otros 1.000 millones de dólares para deuda pública. Por último, el PGE también  solicita otros 400 millones de dólares de la CAF para la atención de shocks externos y/o emergencia o desastre nacional. Para cumplir todos estos propósitos el PGE autoriza al Gobierno a empeñar las reservas de oro del Banco Central de Bolivia (BCB).

El Bicentenario de Bolivia representa un hito histórico, el cual generará diversos cambios en la economía y política del país. Los bolivianos estamos convencidos de que un futuro mejor es posible con la participación activa del gobierno, empresarios, trabajadores y sociedad civil. Se requiere un acuerdo político, económico y empresarial para lograr un futuro adecuado de Bolivia.