En el fútbol boliviano ya nada nos sorprende, todo es controversial, polémico, dudoso y sobre todo muy obscuro. Cada año que pasa tiene que aparecer algo sombrío. La verdad y lo más triste es tener que dedicarme a escribir la columna con temas extra deportivos; lo mismo les pasa a los programas de radio, televisión, periódicos, como también a los portales informativos y las redes sociales; todos a su turno tienen que ir actualizando los “dimes y diretes”, trascendidos y comentarios que surgen “entre corrillos”, agrandando su caudal de “chisme” extra oficial, que cual “bola de nieve” se agiganta, esperando llegar a una pared que detenga el impacto, que seguro provocará mucha desazón y estragos en su descenso. Ese es el fútbol boliviano.

No hay año que no tengamos que lamentar algún tema que genere comentarios adversos y susceptibilidades a la vez. Otrora fueron los problemas sociales, el famoso “amaño de partidos”, la pandemia. Este 2024 un final de temporada jugando cada 48 y 72 horas, sin respetar nada, ni a nadie. Incertidumbre total de no saber qué pasará con el torneo antes de la próxima semana.

Que complicado poder siquiera hacer una evaluación deportiva en las últimas fechas, pues hay otros temas que modifican completamente la agenda de trabajo, teniendo que dejar de lado la producción misma de los equipos en este final de gestión y abocarnos a los temas que abren el debate de la discusión, la disputa dirigencial y la porfía de unos para con otros. Una disyuntiva de nunca acabar.

Con lo problemático que se ha vuelto hablar de nuestros equipos y el fútbol boliviano que no puede levantar cabeza, sostener el peso de las acciones “escabrosas” pueden dar como resultado algo muy malo de aquí a corto o mediano plazo. Ese punto al cual nos podría hacer caer en el antagonismo mediático del mal manejo dirigencial.

Soy un convencido de que los clubes del fútbol boliviano no deben pensar solamente en reforzar su plantilla para el año deportivo; también deben activar su mejor poder de convocatoria empresarial para contar con un solvente equipo jurídico que esté preparado y contando con todos los recursos necesarios para sacar a la institución de los interminables problemas legales a los cuales, tarde o temprano, se verán enfrentados. ¡Qué difícil! 

De manera totalmente insensata, los dirigentes esperan los últimos días del campeonato y cuando se juega a un ritmo denodado y trepidante con tal de acabar antes de fiestas, los temas polémicos que pueden cambiar el destino de la temporada futbolera, para dar paso al beneficio de intereses obscuros y mezquinos, aquellos que identifican de manera clara a los mediocres. La idea que no sean aplicables losdescensos este año fue cobrando fuerza, hasta entrar en el tapete de la discusión y sea un tema de primera necesidad para los clubes que no hicieron bien su trabajo y fracasarondeportivamente.

Realidades diferentes con quienes saben que, dar luz verde a esa propuesta, sería como dispararse en el propio pie. Con un fútbol tan deficitario e instituciones en quiebra, los pasos que planean dar, serían altamente contraproducentes para el futuro de nuestra tan depauperada División Profesional.

Sin embargo, a costa de lo que sea, es imperioso para estos individuos sombríos, indisponer la recta final del certamen para salirse con su gusto y las cosas den un giro inesperado, que beneficie a pocos y perjudique a otros.

En este momento el Tribunal de Apelaciones de la Federación Boliviana de Fútbol tiene la documentación de un caso de impugnación de partido de un encuentro que,supuestamente, tuvo una habilitación irregular de un jugador. Este deportista no ingresó a la cancha, permaneció en el banco de suplentes. El club impugnador pide la sanción y la sumatoria de 3 puntos en su beneficio. El encuentro se jugó en el mes de agosto. Hoy se espera conocer esa decisión a días de concluir la gestión futbolera. ¿Se puede entender?

Se aguarda un proceso que puede llegar a ser muy largo por un supuesto delito de falsedad material e ideológica de un jugador de Aurora que habría sido habilitado con documentación alterada. Un tema que salió sorpresivamente estos días, cual conejo blanco de un sombrero de mago. Situación que movería una gran parte de la tabla de colocaciones. Colapso total y “desbarajuste” que provocaría el beneficio de quienes no respondieron en lo estrictamente deportivo, en desmedro de quienes fueron protagonistas.

Independientemente de comprobarse el delito, luego de una investigación y algo controversial y tristemente recurrente en el fútbol de Bolivia y toda América Latina desde hace muchas décadas.

Todo esto ocasiona una crisis inentendible de fin de año. ¿Algún día cambiarán las cosas en Bolivia, o al menos en nuestro pobre fútbol?