El lunes comenzaron a correr los 30 días de gracia para que los representantes del gobierno argentino y de los fondos comiencen con el período de negociaciones para determinar la forma de pago de la sentencia judicial en el cual el principal objetivo del país es evitar un nuevo default. Por esta razón, este litigio tendrá una nueva fecha límite que será el 30 de julio. Por el momento, no hay grandes definiciones, ni tampoco públicamente se conoce claramente la estrategia del Gobierno, y quizás es ello lo que mayor incertidumbre hoy genera. 

Como era previsible, el mercado tomó de manera positiva el conocimiento de una reunión el próximo lunes con los fondos y Pollack. El punto que claramente es la clave en una posible negociación es el tema de la cláusula RUFO, mediante la cual una mejor condición en la negociación con un acreedor hace que los demás tengan derecho a exigir las mismas condiciones de pago, cuestión que elevaría la sentencia de USD 1.303 millones a USD 15.000 millones. Sin perjuicio de ello, ambas partes mantienen la coincidencia en que  lo mejor es llegar a un acuerdo y en las posibilidades de lograr que no se disparen las RUFO en el marco de este convenio, aunque claro está que no será nada fácil. 

El mercado, se mantiene claramente apostando a que habrá una solución. No obstante, la volatilidad seguirá a la orden del día en una plaza que será atractiva para operaciones de corto plazo y en donde, bajo una postura de mediano/ largo plazo, las bajas pueden ser oportunidad de compra.  

Por otro lado, se conoció que la agencia de calificación internacional Standard and Poor''s empeoró su perspectiva de la deuda soberana argentina, por considerar que existe al menos 50% de probabilidades de que el país caiga nuevamente en default. En este sentido, se le ha otorgado una nota muy cercana a la correspondiente a países han declarado el default, cuestión que repercute directamente sobre la tasa que ofrecen los inversores para la colocación de deuda en el mercado internacional.