Es por eso que hay algunos consejos para cuidarlas y mantenerlas en forma.

Si las piernas son sensibles se debe tener precaución con los tejidos de lana y acrílicos, que hacen que la piel se reseque más aún y se acreciente la descamación. Las prendas de algodón o lino, al ser tejidos naturales, cuidan más la piel de las piernas.

Evitar el agua muy caliente al bañarse o ducharse, ya que si bien es tentador en invierno darse largos baños con agua caliente, todo ello resecará más aún la piel corporal.

Procurar exfoliar la piel de las piernas utilizando en la ducha un guante de crin o esponja vegetal con los que se las deberá frotar suavemente en movimientos circulares.

Usar cremas súper hidratantes y si se nota que la piel está más reseca que nunca, usar aceite de almendras o coco junto a la crema para obtener un mejor resultado.

Aunque no se las depile tan seguido como antes, cuando se haga este procedimiento se debe cuidar el método a utilizar y no olvidarse de usar gel especial o acondicionador para suavizar el pelo y no se encarne.

Además, durante el otoño y el invierno las botas y los zapatos cerrados son los grandes protagonistas de nuestro guardarropa y suelen tener más tacón que los cómodos mocasines o sandalias del verano. Las botas, además, "aprisionan" durante largas horas las piernas y los pies. Por eso conviene, al llegar a casa, quitárselas para dar un descanso a los pies, caminando incluso con unas medias gruesas durante un período de tiempo.