La decisión del juez Griesa de rechazar nuevamente la reinstalación de la cláusula que permite pagar a bonistas que entraron en el canje dejó al país al borde de un nuevo default. A pesar de los vaivenes mediáticos, el mercado sigue apuntando a que probablemente se encuentre una solución, que evite una nueva cesación de pagos o en el peor de los casos, de llegar a ello, el impacto sobre la coyuntura macroeconómica no sería tan perjudicial y el acuerdo llegue poco después del 30 de julio. En realidad, un sentimiento que podría estar basado en las expectativas de que a pesar de los cruces mediáticos entre ambas partes se estaría "negociando" bajo la mesa para evitar así gatillar las RUFO y que encontrarían un acuerdo. Debido que las negociaciones no tienen una definición ni un seguimiento de las alternativas debido a la alta hermeticidad que mantienen ambas partes, las especulaciones dan lugar para que se barajen alternativas que luego son desmentidas en comunicados tanto del Gobierno como de los fondos.

Por ende, se deberá seguir esperando que el mercado continúe con cotizaciones en los activos locales presionados por una alta volatilidad y las idas y vueltas sobre el tema en donde el paso de tiempo comenzará a pesar cada vez más. 

La comitiva, en principio, se dice que fue con la orden de "seguir negociando" para no caer en default. El punto es que esta posición es la que fue otra vez rechazada por el juez americano, que negó la medida cautelar ya que a su parecer cada problema mencionado por Argentina es susceptible de ser atendido de alguna manera en un acuerdo. Por esta razón, instruyó a NML, Aurelius Capital y al Gobierno a que negocien continuamente hasta alcanzarlo. Pero, y para tranquilidad de la mayor parte de los inversores argentinos, el juez destacó que los bonos en pesos bajo legislación argentina no están alcanzados por su mandato judicial.

Para estas alturas del conflicto, todas las partes coinciden en que el default, en cualquiera de sus versiones, sería la peor opción que tiene el Gobierno. La directiva del juez Griesa de efectuar sucesivas negociaciones hasta llegar a un acuerdo hace que ninguna de las partes se pronuncie sobre la marcha de las mismas para no generar expectativas sobre posibles resoluciones.