Fotos: Carlos Ramírez

Los puristas exigirán constataciones estadísticas: cuántos puntos metió, cuántos rebotes defensivos bajó, como le fue en el table de enfrente, si aportó alguna tapa, si colocó alguna asistencia. A la gente poco le importa.

Por el público ya eligio y tomó como jugador emblema a Juan Abeiro, y el platense más allá de lo que diga la planilla asegura que siempre dejará la vida en cada pelota. Por eso se le perdona todo, por eso cuando falló una volcada increíble se ganó la mayor ovación individual de la noche.

"Uno hace un sacrificio enorme dentro de la cancha y que me lo reconozcan así es un orgullo muy grande, más en un club como este con tanta historia. Que todo el estadio cante ''Abeiro, Abeiro'' me llena de orgullo" confesó cuando el desenfrenado festejo de los jugadores con la gente (reja de por medio) empezaba a permitir el trabajo de los grabadores.

"Mi trabajo es ir a todas, meter en todas. A veces se da, a veces no. Hoy se dio un partido muy lindo y lo pudimos sacar adelante" analizó y acotó que "nunca hay que relajarse con un buen equipo como Ferro, con tanta calidad de jugadores, pero nosotros pudimos aprovechar que estaban un tanto diezmados en la parte física".

"La defensa fue siempre buena, se nos abrió un poco el aro en el tercer cuarto. Los desgastamos mucho durante toda la serie y eso dio como fruto la victoria" reflexionó el interno albinegro.

"Hay que festejar esta noche, ya desde este miércoles meterse la final en la cabeza. Estamos en la final y la vamos a jugar con el mismo corazón que mostramos frente a Ferro y en todos los partidos" cerró Abeiro, el preferido de la gente.