Manifestantes indígenas vestidos con indumentaria tradicional se enfrentan con la policía montada brasileña en la capital del país, afuera de un nuevo estadio de fútbol que será sede de la Copa del Mundo.

En un enfrentamiento transmitido en vivo por televisión, la policía antimotines lanzó gas lacrimógeno contra pequeños grupos de manifestantes, algunos de los cuales recogieron las latas de gas y las arrojaron contra los oficiales.

Algunos de los cerca de 300 indígenas que se manifestaron llegaron armados con arcos y flechas, pero no los han usado contra la policía. "Antes de hacer Copa del Mundo, Brasil debía pensar mejor en la salud, la educación, la vivienda. Vemos manifestaciones de los pueblos: no se gastan tantos millones para un evento que no trae beneficios", dijo el indígena Neguinho Truká, de la etnia Truká de Pernambuco (noreste), con una tradicional corona de plumas azules y rojas en la cabeza.

Los manifestantes se quejan por una ley en el Congreso que amenaza con reducir el tamaño de algunas reservas para los grupos indígenas. Se les unieron otros pequeños grupos que protestan contra el Mundial y por el gasto millonario en la preparación del evento.

El reclamo no quedó ahí. Los indígenas planean sumarse a otras manifestaciones en Brasilia convocada por movimientos sociales críticos con el Mundial y a los Sin Techo. Esta situación inquieta al titular de la FIFA, Joseph Blatter, y a la presidenta Dilma Rousseff. Otro grupo había protestado el lunes en la puerta de la concentración de la selección de Brasil.