El último descanso de Popa Paramio es donde él lo pidió. Sus cenizas fueron esparcidas este sábado al mediodía en Racing, su gran amor, y en el campo de juego del estadio "José Buglione Martinese" en una ceremonia que contó con la presencia de familiares, amigos y dirigentes chairas.

Su esposa Susana, sus hijos Juan Manuel y Mónica, su gran amigo "Carozo" Izaguirre con su esposa y sus pequeños hijitos; Carlos Orifici y César Spitale en representación de Racing; los ex futbolistas Pablo Ponce y Carlos Crispín; amigos de la vida y de su paso por el periodismo asistieron al último adiós a un dirigente que dejó una huella indeleble en su paso por el fútbol olavarriense.

En un instante muy emotivo, Juan Manuel fue el encargado de esparcir sus cenizas en el centro del campo de juego y como fondo la frase que se hizo inmortal -como el recuerdo de Popa- que pronunció Carlos Ranalli hace 7 años tras un inolvidable partido con Rivadavia de Lincoln.

Las cenizas de Popa Paramio descansan desde este sábado, y para siempre allí, donde depositó todos los sueños futboleros de toda su vida y, a pedido de la familia, el cofre donde fueron trasladadas hasta Racing permanecerá por siempre en el Parque Olavarría.