Fotos: Marcelo Kehler

Estudiantes flaqueó y se repuso, tambaleó y recuperó la vertical, se vio superado y emergió, pero en sus peores momentos nunca resignó el ojo de tigre, y ese espíritu colectivo que irradia el equipo contagió a la gente, que apareció en los peores momentos para acompañarlo en la patriada de llevarse el segundo partido de la serie final de la Región Sur.

De la mano, jugadores y público, llegaron al 71-66 final sobre Hispano Americano, y ahora la historia se muda a Río Gallegos con una ventaja que, si bien no es decisiva, transmitirá toda la presión a los santacruceños. Y no tendrán derecho a fallar el próximo fin de semana cuando se jueguen los próximos dos episodios en su provincia.

Peor no podía empezar la cosa; blando en defensa, flojo en ataque, Estudiantes dio ventajas que Hispano supo aprovechar para escaparse 19-2 en la mitad exacta del primer cuarto. Ahí la gente entendió que los de adentro necesitaban más que nunca el apoyo; pero además Estudiantes defendió mejor, se abrieron los huecos para las ofensivas y se revirtió la tendencia.

El final 16-20 para el cuarto abrió otro panorama. Con un triple de Silveyra a 6m 51s para el descanso largo pudo pasar por primera vez al frente (23-22) y la paridad se mantuvo hasta el final el cierre del segmento.

Una irrupción goleadora de Pennachiotti hiceron pensar en la habitual escapada de Estudiantes en el arranque de la segunda mitad del partido. Con sus seis puntos Estudiantes se fue arriba por tres a 7m 41s para el cierre del segmento (40-37).

Pero desatendió el perímetro y entre López Cerdán (2), Miner, Sepúlveda y Morales, con tiros desde más allá de la línea revirtieron la tendencia que llevaba el juego. De pronto Estudiantes se vio en el final del penúltimo capítulo diez abajo (47-57) y su conductor (Luciano Tantos) sentado en el banco con cuatro faltas.

Había diez minutos por delante para desplegar toda la impronta construida a lo largo de diez meses de trabajo. El bata ajustó el perímetro, Hispano no pudo mantener semejante nivel de efectividad en los lanzamientos de tres, Mateo (el mayor) se hizo fuerte en el tablero defensivo; Levrino (10 puntos en el período) y Sánchez (7) aparecieron cuando más se los necesitaba.

Y la gente, que a grito pelado se puso codo a codo con el equipo, para llevar la serie 2-0 a Río Gallegos.