En el mensaje, leído en portugués, el pontífice envió un "cordial saludo" a organizadores y participantes, a todos los atletas y aficionados, así como a todos los espectadores, tanto en los estadios como los que seguirán este evento deportivo por la televisión, la radio e Internet.


"Mi esperanza es que, además de los días de deporte, esta Copa del Mundo pueda convertirse en una fiesta de la solidaridad entre los pueblos", anheló Francisco, según reprodujo la agencia EFE.


Para el Papa el fútbol, además de ser un juego, "es al mismo tiempo una oportunidad para el diálogo, la comprensión y el enriquecimiento humano recíproco".


"El deporte no es sólo una forma de entretenimiento, sino también, y sobre todo, una herramienta para comunicar valores, promover el bien de la persona y ayudar a construir una sociedad más pacífica y fraterna", puntualizó el Pontífice.


El Papa explicó que en la práctica del deporte hay que tener tres actitudes esenciales: la necesidad de "entrenar", el "juego limpio" y el "honor entre los competidores".


"El fútbol puede y debe ser una escuela para la construcción de una cultura del encuentro, que permita la paz y la armonía entre las personas", agregó.


También el pontífice realizó un llamado para que en este Mundial "nadie se sienta excluido o aislado" y clamó contra la segregación y el racismo.


El Papa terminó su mensaje saludando a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a quien prometió sus oraciones y bendiciones.