Aún no tenían un club, una camiseta, un pedacito de tierra. Algo que estaba sucediendo desde fines del siglo XIX en la mayoría de los pueblos y ciudades del país ganados por el avance incontenible de las vías del ferrocarril. Pero no iban a tardar mucho tiempo hasta tenerlo.

Aquí los ferrocarriles ingleses contaban con una oficina telegráfica, retransmisora para una gran red de estaciones, y como encargado se desempeñaba Emilio Mantz, tal vez el gran impulsor de la necesidad de contar con un club de fútbol denominado Ferro Carril Sud para los empleados ferroviarios de principios del siglo XX.

No le costó convencer a varios compañeros de trabajo, y convocó a una reunión constitutiva de un nuevo club para Olavarría para el 14 de agosto de 1914, en la casona de Pringles al 3319 que alquilaba Pedro Smith, otro empleado ferroviario.

Ese mismo día surgió la primera comisión directiva de Ferro, presidida por Lorenzo Revol; con Pedro Smith como vicepresidente; el secretario fue G. Martinengo; pro secretario Carlos Boscacci; tesorero Emilio Mantz; protesorero F. Mayorano; vocales Eduardo Alexander, Constante Boscacci, Roberto Noya, F. Lombar, A. Pascua, B. Gimeno y A. Paladino; y como revisores de cuenta R. Coda y F. Minici.

Ferro nació en un mundo convulsionado. El 28 de julio de 1941 fueron asesinados en Sarajevo, por un joven estudiante bosnio, el archiduque Francisco Fernando y su esposa, herederos del trono en Austria - Hungría. Austria responsabilizó a Serbia por este magnicidio y declaró la guerra.

La primera de las dos grandes guerras del siglo pasado se prolongó formalmente hasta el 29 de junio de 1819, cuando se firmó la paz definitiva en Versailles, que significó -entre otras cosas- la pérdida del liderazgo en el mundo Europa occidental a manos de los Estados Unidos y la flamante Unión Soviética.

La tragedia humanitaria dejó en números 7.970.000 muertos, se registraron 19.536.000 heridos y tanta miseria en Europa, que por millones emigraron en busca de un futuro mejor. Millones eligieron la Argentina, y varios miles Olavarría.

El año de la fundación de Ferro murió Celestino Muñoz, uno de sus primeros pobladores. Marcelino Ugarte gobernaba la Provincia, e Isaías Condé mandaba por estos lares. Estaba al frente de una aldea con aspiraciones de ciudad, que tenía 1885 propiedades edificadas, 2057 sin edificar, 495 comercios e industrias, según un informe de la oficina de Valuación.

Por 1914, la provincia de Buenos Aires tenía 2.100.000 habitantes. Azul era el epicentro de la región y se notaba en la cuestión demográfica, con 32.303 pobladores; Olavarría (antes del boom cementero) contaba con 28.219 habitantes, pero había duplicado su población desde 1885; Bolívar tenía 26.155, mientras La Madrid y Laprida estaban cerca de los 8.000 habitantes.

Dos años más tarde, en 1916, Ferro Carril Sud realizó la primera asamblea, que confirmó en sus cargos a las primeras autoridades. Junto con otros 40 socios arrancaron con esta historia.

Hasta 1921 era un club exclusivo para los empleados ferroviarios. Pero ese año partieron varios jugadores a otras instituciones y de pronto se hizo imposible la conformación de un equipo para 1922.

Alarmado, el presidente Eduardo Alexander convocó a Alfredo Boscacci, le otorgó la capitanía y le encomendó la tarea de formar un nuevo equipo. Boscacci respondió con la necesidad de reformar los estatutos, para darle cabida a todo el mundo.

El resultado fue sorprendente: de no jugar más al fútbol, Ferro ganó el campeonato invicto, después de derrotar dos veces a Estudiantes, empatar las dos ocasiones con Alumni Azuleño y con Azul Athletic, y se consagró al vencer 2 a 1 en General La Madrid a Ingeniero Newbery.

Futbolistas pioneros en Ferro Carril Sud fueron Boscacci, "Purrete" Revol, Manuel Navas, Julio Giovanetti, Italo Lucini, Victorio de los Santos, Alfredo y Ernesto Martín, Adolfo y Juan Abadía, Emilio Mantz, Enrique Arboiler, Eduardo Alexander y Alfredo Reig.

Los primeros años de su vida institucional fueron testigos de dos hechos que cambiaron la historia de la ciudad y del centro de la provincia de Buenos Aires: en 1920 se instaló la Compañía Argentina de Cemento Pórtland en Sierras Bayas y en 1928 Alfredo Fortabat puso en marcha el primer horno de Loma Negra unos pocos kilómetros más al sur.

Fuente: libro "Bolsas de carbón"