Daniel Lovano / dlovano@elpopular.com.ar

Cuando todo era incógnita aún, Agustín Brocal fue de los primeros en llenar un casillero en el armado de Estudiantes para esta Liga Argentina que está por llegar. Apenas estampó la firma (o tomó el compromiso de seguir) no sólo supuso el cambio de status, de ficha Sub 23 a mayor, sino que se planteó como objetivo otro tipo de protagonismo con la camiseta que viste desde los 15 años, cuando llegó como reclutado.

Y el comienzo no pudo ser mejor: el chaqueño la descosió anoche, le sacó los colores a la naranja, fue la figura central en la victoria en el Maxi por 89-72 sobre Atenas de Carmen de Patagones, en la final de la Copa Primavera. Por los 26 puntos y por lo que puso.

La energía, esa intensidad y la lucidez frente al aro (con penetraciones o lanzamientos a distancia) con que Brocal arrancó el partido tuvo un rápido efecto contagio. Lo que pintaba como un interesante ensayo entre dos fuerzas parejas convirtió muy rápido a los sureños en partenaires de un auspicioso rendimiento de Estudiantes.

"Es apenas el arranque de la pretemporada, estamos mirando otras cosas antes que un resultado" aclaró el Lobito apenas terminó el partido. Pero siempre es mejor arrancar así.

Con apenas la mitad del primer cuarto consumido, Estudiantes ya ganaba 19-7 con dos triples de Brocal, dos aciertos a distancia y una volcada espectacular tras un robo. Absorto, pero también caliente, al técnico maragato no le quedó otra que pedir minuto y, por si hacía falta, el tono de la charla delataba que no le hacía ninguna gracia la diferencia y lo que se estaba viendo ahí adentro.

Cambió la marca para tratar de frenar el goleo de Estudiantes, plantó una zona 2-3, pero la hemorragia en su aro no se detuvo, desde afuera o en el juego interior. Estudiantes se escapó a un rotundo 28-7 a 2m para cerrar los 10 iniciales. Sólo Gamazo (a la postre goleador del partido) respondía en el otro tablero y un parcial 7-0 hizo un poco menos categórica la diferencia antes del primer descanso (30-14).

El segundo cuarto propuso un trámite más parejo. Atenas ganó un par de rebotes ofensivos en el intento de remontada, pero fue un espejismo. La claridad de Lugli, los aciertos en la conducción de Sandrini cuando tomó la posta y la jerarquía de Arese (no pierde la seriedad en su expresión facial ni cuanto tira lujos) fueron demasiado para el desarticulado Atenas, que sintió mucho más que Estudiantes su par de ausencias por lesión.

Como Brocal se había tomado un descanso, en el inicio del tercer parcial reapareció con otra exhibición. Tapón espectacular debajo de su tablero, corrida y triple desde la esquina en el tablero contrario, seguido de otro taponazo.

A la defensa hombre de Atenas, Estudiantes oponía una zona 2-3. Arriba, en el tablero, la cosa seguía igual. Estudiantes se fue 60-41 a 2m 54s para el último descanso, amplió con el 70-41 cuando corrieron esos 54 segundos y la llevó a 30 (73-43) con 1m 21s antes del cierre de este segmento, con lujos en la pintura incluidos que, por suerte, en este deporte no generan reacciones de otros deportes más contaminados.

Gamazo, el mejor de Atenas, reapareció en el último cuarto luego de haber estado varios minutos sentado, Emiliano Agostino fue su socio en el goleo; el "Lobito" rotó casi todo el equipo, les dio minutos a los pibes y Atenas llegó a ponerse a 14 con dos minutos por jugar.

Fue un cuarto de compromiso. Estudiantes ya había borrado de la cancha a Atenas de Patagones, en un fin de semana amistoso que no estuvo nada mal, con un alentador rendimiento en este partido con un par, cuando cada vez resta menos para el regreso de una nueva Liga Argentina.