Pedro De la Vega se fue reemplazado a los 25 minutos del segundo tiempo, cuando River goleaba 5-1 a Lanús en La Fortaleza, y la hinchada granate reaccionó de una forma inusual en el fútbol argentino: interrumpió la catarata de los insultos al equipo, y se paró para aplaudir al pìbito olavarriense.

"La gente detuvo los insultos para aplaudir a De la Vega, que hizo todo bien" destacó el comentarista de la transmisión de TNT Sports. Después, la señal mandó al aire un compacto con las mejores maniobras de la joyita surgida de Ferro.

Mientras tanto, en la red llovían los elogios para Pedro, constituido hoy por hoy en una de las más grandes esperanzas del fútbol argentino. No se lo dice por acá, donde se lo quiere y se lo conoce, sino que lo dicen allá. 

Twitter fue una prueba de todo esto. Pero a pesar de otra actuación que hace ya irresistible su convocatoria a la selección argentina Sub 20 (cuando tiene edad para jugar el Sudamericano de 2021), dejó su llanto como la imagen más fuerte de la noche.

Le importaba más el dolor colectivo que otra noche consagratoria.