Ha pasado casi un mes, pero la emoción está a flor de piel. El entrevistado se mueve durante toda la charla y a veces se queda sin palabras para explicar sus sensaciones. Es tanto lo que tiene para contar, para decir, que las frases se le acumulan en la boca y debe parar, respirar y comenzar otra vez. Participar de uno de los festivales más importantes a nivel mundial no es cosa de todos los días.

"Uno lo tiene muy lejano, pero no es algo tan difícil ni tan imposible", dice el olavarriense Gastón Catanzaro, director de "Labor", uno de los siete cortos que representó a la Argentina en la sección "Short Film Corner" del Festival de Cannes. Un logro que, asegura, le sirvió para conectarse más con el mundo del cine y recargar pilas para sus próximos proyectos audiovisuales.

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