Todo se registró alrededor de las 9.30 en el predio de la cerealera Zubillaga, situado sobre el kilómetro 302. Según el relato aportado tanto por fuentes consultadas en el lugar como por investigadores, dos delincuentes armados irrumpieron en el lugar a bordo de un ciclomotor. Sin embargo sólo uno de ellos ingresó al sector donde se encontraban los empleados y responsables del lugar. El restante, por algunos instantes, aguardó en el exterior haciendo de "campana".

En el interior se llevaban adelante las exigencias y amenazas, al punto que todos fueron obligados a permanecer en el piso y en un mismo ambiente. De esa manera fueron despojados de dinero en efectivo, en una suma superior a los 1.000 pesos según trascendió, además de teléfonos celulares y hasta las alianzas matrimoniales. La gravedad de la situación se agudizaría a partir del ingreso del delincuente restante, quien habría actuado bajo el efecto de algún tipo de sustancia, según coincidieron los fuentes.

Las amenazas y exigencias habrían sido mucho más violentas, al punto que también fue víctima un ocasional proveedor que arribó al predio cuando se registraba el ataque.

Esa condición en al menos uno de los delincuentes quedaría en evidencia al momento del escape, ya que en la huida perdieron un casco y un guante, elementos que ya fueron recogidos por especialistas y se erigen en las evidencias centrales de la causa, a la par de lo que hayan podido recabar las cámaras de seguridad ubicadas sobre los distintos accesos al casco urbano local. Todo es materia de estudio de la fiscal en turno Viviana Beytía, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 10.

Según se pudo reconstruir a partir de estos rastros dejados por los asaltantes, los delincuentes escaparon con dirección hacia ruta 60 y por ese camino vecinal se habrían dirigido con dirección hacia nuestra ciudad.

Esos elementos pudieron ser recabados gracias a un operativo cerrojo realizado de manera conjunta entre el Comando de Patrullas y el Comando de Prevención Rural. Asimismo, personal y referentes de comisaría Primera y Jefatura Distrital recorrieron la escena y se entrevistaron con las víctimas, que prestarán testimonio en las próximas horas. Trascendió que se optó por convocarlas recién por estas horas debido a que ayer se encontraban sumamente conmovidos por la situación vivida. La investigación también se realiza de manera conjunta entre distintas dependencias de seguridad de la ciudad.

Antecedente

Años atrás un episodio de similares características y con consecuencias mucho más gravosas, al menos en el monto y en los daños, se registró en esa misma cerealera. Inclusive el grado de violencia fue mucho mayor.

Fue a mediados de agosto del 2010 cuando al menos tres delincuentes ingresaron en horas de la noche y redujeron al sereno del lugar, que fue maniatado con sus propios cordones de las zapatillas. Uno de los delincuentes se quedó custodiando a la víctima, mientras los restantes recorrían las oficinas. El grado de profesionalismo, y por qué no conocimiento del lugar, quedaría expuesto en cómo con una amoladora lograron abrir la caja fuerte y apoderarse de una importante suma de dinero en efectivo. "Eran re profesionales", fue parte de la declaración de los titulares de la firma en diálogo con este Diario, a medida que detallaban que habían utilizado guantes durante todo el hecho. Esa destreza, por así decirlo, también quedó de manifiesto en los cortes precisos que realizaron tanto en la caja fuerte con en los cercos por donde ingresaron y escaparon.