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Especial para EL POPULAR

Los que somos padres lo sabemos bien. El miedo está ahí, siempre presente, siempre latente, desde el momento posterior al nacimiento. Basta mirar al recién nacido para saber que uno no va a estar nunca más tranquilo. Que la tranquilidad se nos acaba de ir como por un tubo. Que con un niño en casa ya nada es igual. Pero qué pasa si por una distracción desaparece sin dejar rastros y algo peor: qué pasa si ese niño es el hijo de nuestra amiga.

Lisa es una mujer sobrepasada por la cotidianidad. Tres hijos en edad escolar, un esposo taxista que pasa la mayor parte del día fuera de la casa, mascotas y un trabajo en una ONG que rescata animales y luego los da en adopción. Todo parece indicar que las horas que duerme no le alcanzan y el cansancio es tan normal que piensa que se encuentra al borde de la depresión. Sin embargo su médico le asegura que lo que padece "es sólo la vida". Siempre a punto de desbordar, así se siente. En comparación con Kate, siempre perfecta, siempre sabiendo todo de sus hijos, una buena casa, dos autos, una idea de familia rondando la perfección que Lisa envidia. Las hijas de ambas tienen la misma edad y son muy amigas. Sally y Lucinda debían pasar la noche juntas estudiando en casa de Lisa, pero a último momento la primera de ellas decide suspenderlo. Aunque nadie le avisa ni a la niña ni a su madre.

La pequeña ciudad en que la viven está convulsionada por el secuestro de una niña de 13 años. Unas horas después aparece con signos de haber sido violada. La policía investiga el caso, pero aún no tienen demasiadas pistas sobre el culpable.

"No hay nada peor que la desaparición de un hijo. Nada en el mundo", piensa Lisa mientras observa la desesperación en los ojos de su amiga Kate. Lucinda ha desaparecido y pronto se da cuenta que ha sido su culpa. Una culpa que no la dejará en paz y la torturará mientras ve cómo la familia perfecta de Kate se desmorona. ¿Perfecta? A veces nada es lo que parece. Sobre todo cuando la investigación por el secuestro de Lucinda comienza a centrarse en su familia.

¿Y tú qué clase de madre eres?, de la colección Roja y Negra de la editorial Penguin Random House, es la auspiciosa primera novela de Paula Daly, un thriller frenético sobre el miedo de los padres pero también sobre las apariencias familiares. Una trama dinámica, que va in crescendo, asombrosa, que juega con el lector y lo obliga a tomar parte en la investigación para dejarlo más de una vez con la boca abierta.

"Todas las familias felices se parecen entre sí; las infelices son desgraciadas en su propia manera", escribió el viejo escritor ruso. Algo, seguro, sabía.