Los intensos combates entre el ejército israelí y el movimiento palestino Hamás continúan en la Franja de Gaza, específicamente en la ciudad de Rafah, a pesar de las advertencias internacionales sobre el grave riesgo para la población civil.

Los ataques israelíes por tierra y aire contra Rafah han llevado al cierre de los principales hospitales locales, exacerbando la ya precaria situación humanitaria en la región.

Aunque el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió contra una ofensiva en Rafah debido al potencial desencadenante de "caos" y "enormes daños" para la población civil, los enfrentamientos violentos entre las fuerzas israelíes y los combatientes de Hamás continúan.

El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró la determinación de su país en la lucha contra Hamás, mencionando que la "guerra de independencia" aún continúa.

El conflicto ha generado una grave crisis humanitaria, con miles de palestinos huyendo de Rafah en busca de refugio en otras partes de Gaza. El jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, advirtió sobre la falta de zonas seguras en la región.

A pesar de los llamados internacionales a detener la violencia y buscar una tregua, Hamás acusó a Israel de obstaculizar las negociaciones sobre una posible tregua y la liberación de rehenes. La guerra, que comenzó con un ataque de milicianos de Hamás en octubre, ha dejado un saldo devastador de muertes y desplazamientos en Gaza, así como graves daños humanitarios.

El sistema de salud en Gaza se encuentra al borde del colapso debido a la falta de combustible para los generadores hospitalarios y el transporte de personal, advirtió el Ministerio de Salud de Hamás. La escalada de violencia ha dejado miles de muertos y heridos, principalmente civiles, y ha generado una crisis humanitaria sin precedentes en la región.