A las aromáticas les gustan las macetas pues vienen de zonas pedregosas, no se llevan bien con el riego seguido y tampoco necesitan tantos cuidados, les basta con estar expuestas al sol. Además, son plantas que en las huertas son benéficas pues funcionan como distracción y ahuyentan a los posibles bichos que atacan a las plantas.

Tener aromáticas en casa es una buena opción para quienes disfrutan de cocinar. Incluso, muchos consideran que es una cuestión cultural. Sembrar, cultivar, ver crecer las hierbas, todo eso es algo que fomenta carácter y también es como una terapia. Asimismo, las comidas condimentadas con el cultivo de la huerta tienen otro gusto.

La huerta hogareña también es benéfica para la salud de la familia porque, por lo general, son orgánicas y también se pueden tener en ellas plantas medicinales para degustar en ricos tés o en preparaciones.

Por otra parte, cultivar lo que se comerá es ya una tarea que implica dedicación y respeto por los tiempos naturales.

El cultivo con semilla es sencillo. Algunas hierbas y verduras son fáciles de hacer crecer sembrándolas directamente en el lugar elegido, pero hay algunas especies que requieren de más cuidado, que conviene mantenerlas dentro de la casa hasta que estén lo suficientemente crecidas y el control sea menos estricto. Hay que recordar cambiarlas a macetas más grandes a medida que crezcan y la planta esté ya establecida. Es importante que se aclimaten lentamente; entonces en el inicio hay que mantenerlas en el exterior durante el día, y entrarlas por la noche.

Tips para una huerta exitosa

Que tenga más de cuatro horas de sol por día (si son entre las 10 y las 16 horas, mejor). Utilizar semillas de calidad. Siempre es mejor optar por comprarlas en viveros. Usar abonos orgánicos.

Respetar los momentos y los tiempos de riego. Es preferible que sea por la mañana o al atardecer. Rotar las plantas y proveer de variedad a la huerta. Plantar aromáticas como control de insectos. Tener un buen diseño de la huerta. A mayor tamaño, es necesario tener caminos para no pisar lo sembrado.