Según un grupo de profesionales expertos en adicciones, no existe un consumo seguro de cannabis. Consumir cualquier cantidad de porros a la semana implica un riesgo para la salud, al igual que ocurre con el consumo de alcohol u otras drogas. Sin embargo, se ha establecido un punto de corte a partir del cual el riesgo se considera alto o muy elevado.

Este grupo de expertos ha llegado al consenso de que el consumo de 5 o más porros a la semana implica un riesgo alto para la salud de la población sana mayor de 21 años. El consenso ha sido coordinado por profesionales del Hospital Clínic-IDIBAPS, entre los cuales se encuentra Hugo López, jefe del grupo de Adicciones de Idibaps y vicepresidente de Socidrogalcohol.

Es importante tener en cuenta que existen grupos especialmente vulnerables a los efectos del cannabis, como personas con problemas de salud mental, menores de 21 años y aquellos que presentan patologías que empeoran con el consumo de cannabis, como enfermedades cardiacas o respiratorias. En estos casos, cualquier consumo de cannabis, por poco frecuente o intenso que sea, implica un riesgo significativo para la salud.

En el resto de la población, consumir cannabis de forma esporádica no supone tanto peligro. Sin embargo, el consumo diario o casi diario de cannabis puede poner en riesgo de sufrir otros problemas de salud. Según los expertos, hacerlo de forma diaria o casi diaria implica consumir al menos cinco porros a la semana. Es importante considerar estas evidencias científicas para tomar decisiones informadas sobre el riesgo que se está dispuesto a asumir.

Actualmente, un porcentaje de la población española consume cannabis a diario o casi a diario, lo que implica un patrón de consumo de elevado riesgo para la salud. Además, existe una baja percepción del riesgo asociado al consumo de cannabis, especialmente entre los adolescentes. Esto, sumado a la consulta de fuentes de información poco fiables con intereses comerciales, dificulta el acceso a mensajes basados en la evidencia científica.

En los últimos años, se ha observado un aumento en la potencia del cannabis. Los expertos en adicciones señalan que cualquier consumo de cannabis con más del 10% de THC (tetrahidrocannabinol), el principal componente activo de la planta, representa un riesgo para la salud. Este incremento en la potencia del cannabis tiene implicaciones importantes, especialmente en lo que respecta al impacto sobre la salud mental. Por eso, se ha establecido el 10% de THC como punto de corte para considerar que se trata de un cannabis de alta potencia, ya que así lo indican la mayoría de los estudios al respecto. 

Sin embargo, cabe mencionar que esta cifra es solo una referencia y que cuanto menos potente sea el cannabis, mejor. Es importante destacar que existen variedades de cannabis que tienden a tener una mayor potencia que otras. Algunas asociaciones de usuarios incluso proporcionan información sobre la potencia del cannabis. No obstante, es necesario tener en cuenta que la precisión y confiabilidad de esta información pueden variar. En resumen, el cannabis cada vez es más potente y esto puede tener consecuencias significativas para la salud mental.

Estos son los principales efectos del consumo de cannabis a largo plazo:

  • Problemas de memoria y aprendizaje. 
  • Trastornos emocionales (ansiedad, depresión) y de la personalidad. 
  • Psicosis y esquizofrenia (especialmente en individuos predispuestos). 
  • Peores resultados académicos. 
  • Abandono prematuro de los estudios. 
  • Dependencia (7-10 % de los que lo prueban). 
  • Enfermedades bronco-pulmonares y determinados tipos de cáncer. 
  • Trastornos del ritmo cardiaco (arritmias).