"Cuando sea mayor me voy a casar con una mujer de mi edad. Escogí a Helen porque yo la amo, pese a que no vivimos junto o no la veo todo el tiempo, nos encontramos regularmente en el local donde ella trabaja", señaló el menor, que reside en el pueblo de Ximhungwe, de la provincia sudafricana de Mpumalanga.

Por su parte, Helen Shabangu afirmó que en su hogar no ha tenido problemas con esta relación: "Mis hijos y yo estamos felices porque no tenemos ningún problema con este matrimonio. No me importa lo que digan los demás", subrayó.

La polémica se instaló porque esta unión no fue del agrado de todos los pobladores de la zona, ya que muchos calificaron a este matrimonio de "enfermizo". Sin embargo, la pareja sigue haciendo oídos sordos y expresó que esta misma semana realizará la segunda ceremonia para hacer su matrimonio oficial, para así seguir la tradición sudafricana.

El sitio británico Daily Mirror publicó que la pareja dio el sí para obedecer los deseos de los espíritus ancestrales de la familia de Saneie ante la atenta mirada de los hijos de la novia y de las caras de algunos de los testigos, quienes tildaron el ritual como "asqueroso".