El rescate de Julen, el niño de dos años que cayó hace más de una semana en un pozo en la localidad malagueña de Totalán, sufrió un nuevo contratiempo que dilata -sin un plazo estimado- la excavación del tramo horizontal del túnel con el que se intentará llegar al lugar donde se encontraría el menor.

Tras excavar el túnel vertical de 60 metros de profundidad, proceso que llevó 55 horas, los rescatistas se encontraron con problemas técnicos en el "encamisado" para garantizar la seguridad de la perforación.

El problema se debió a la dimensión de los tubos y la manera en la que encajan entre sí, según informó la prensa local. Se trata de un inconveniente que surgió de la profundidad del túnel, ya que

este tipo de procedimiento no se había hecho nunca en una perforación de 60 metros y con el diámetro que se está empleando en este caso. 

El encamisado es de crucial importancia para la seguridad del túnel, con lo que los técnicos evaluaron alternativas para continuar adelante con las labores de rescate, que están siendo una verdadera carrera de obstáculos. 

La opción por la que se decantaron los ingenieros es rellenar el pozo con tierra fina y volverlo a perforar con un diámetro mayor. La maniobra ya comenzó, pero los expertos prefieren no realizar una estimación del tiempo que se empleará en este procedimiento.

Antes de tener conocimiento de estas dificultades que vuelven a ralentizar el operativo de rescate, el delegado del gobierno español en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, indicó que esperaba "un final feliz a lo largo del día de hoy y mañana".

En tanto, la justicia española abrió una investigación para determinar las circunstancias exactas en las que Julen -cuyo estado de salud se desconoce- cayó al pozo el domingo 13 de enero mientras se encontraba con sus padres en una finca familiar en el monte de Totalán.