Si bien estuvieron presentes el canciller argentino, Jorge Faurie; el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Miguel Etchevehere, y el embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli, entre otros; en esta nota haremos hincapié únicamente en los detalles del nuevo protocolo, que fue explicado por el presidente del Senasa, Ricardo Negri.

Resumiendo los aspectos generales para poder vender harina de soja a China, el marco regulatorio implica los siguientes parámetros:

- Tiene que ser sí o sí el resultado de la industrialización de soja argentina.

- No puede haber presencia alguna de soja procedente de otro país.

- La soja a procesar debe estar dentro de la ley china, es decir, semillas con eventos biotecnológicos aprobados en el país asiático.

- No puede tener residuos. Debe estar limpia, sin malezas, sin contaminantes, sin restos de productos de origen animal.

- El embarque se debe realizar bajo las normas internacionales y chinas.

"Siento orgullo, porque trabajamos todos los días en generar confianza en nuestras cadenas agroindustriales, y cuando tenemos estos logros se ve esa confianza. También me alegra porque estas son políticas de Estado con P mayúscula, como me gusta decir, porque es una oportunidad que se va a hacer realidad solamente en la medida que ésto se transforme en toneladas exportadas, y eso es una responsabilidad compartida por todos los actores de la cadena", señaló el presidente del Senasa.

Y continuó: "Este protocolo se firma después de 20 años de haber iniciado los primeros procesos de acercamiento, y es histórico porque somos el primer país al cual se le abre la confianza para exportar harina de soja. Esa confianza, que costó tanto tiempo conseguir, se puede quebrar si alguno de la cadena hace lo que no dice el protocolo, con lo cual el desafío de hacerlo y cumplirlo es de todos".

"Ya se presentaron para exportar veinte plantas que están en condiciones de cumplir con el protocolo que se firmó ayer en Beijing. El Senasa es quien habilitará o no una fábrica, y presentará el pedido ante la aduana china. Será excluyente que la harina de soja se haga con soja argentina. Los exportadores deben asegurar eso y al Senasa le toca certificarlo. Tenemos que cumplir con la ley china, con lo cual la soja a utilizar en el proceso industrial debe ser una oleaginosa con eventos aprobados en china", especificó Negri.

Y concluyó: "La harina de soja tiene que estar limpia, sin malezas, sin contaminantes, sin restos de productos de origen animal para no poner en riesgo la industria de proteína animal china. Hay que hacer controles y análisis de calidad e inocuidad, que son un poco más estrictos a los que ya hacemos, pero estamos en perfectas condiciones de cumplir con lo pedido. Por último, en cuanto al embarque, tiene que estar de acuerdo a normas internacionales y chinas".

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