La noche del sábado fue especial en Sierras Bayas. En el salón de AOMA de la localidad se reunieron más de 150 vecinos para celebrar el 80 aniversario de una de las instituciones más queridas de la localidad, la parroquia Cristo Rey.

El festejo (cena y baile) fue organizado por el grupo de matrimonio de jóvenes y adultos de la parroquia. Estuvieron presentes, además, familias que realizan diferentes actividades en el templo y muchos que estuvieron trabajando por él en estos 80 años.

Durante la cena se sortearon premios y se reconoció al Padre Juan Ceverio quien cumplió 25 años de sacerdocio.

Al finalizar la noche, los integrantes del Consejo Económico dieron a conocer la recaudación total de la cena que ronda los 60 mil pesos gracias a la venta de tarjetas y el aporte de diferentes empresas.

Entre 1936 y comienzos de 1937 un grupo de jovencitas emprendedoras y de mucha fe forman una comisión Pro Templo a la que luego se sumaron damas mayores. Con una donación de 300 pesos de la familia Ginocchio construyeron un rudimentario galpón detrás de la actual iglesia.

Este emprendimiento motivó a la empresa cementera ya instalada allí, que primero ordenó la provisión de los materiales faltantes, como el piso de ceniza endurecido y luego hizo edificar un templo que se constituyó en uno de los más pintorescos de la zona.

Esa misma comisión, realizó colectas para proveer el mobiliario y las imágenes religiosas que visten el lugar. El día 25 de septiembre de 1938 se procedió a su inauguración bajo la advocación de Cristo Rey.

El sacerdote Luis Kees ofició la primera misa y guió la procesión alrededor de la nueva casa del Señor enclavada en la sierra. En febrero de 1945 se inaugura en un terreno aledaño, la casa parroquial.

La nueva capilla no tenía altar, sino una mesa de madera que servía a los fines, pero que contrastaba con el enorme y nuevo edificio. La población se movilizó, constituyéndose en comisión con el objeto de abocarse a la construcción de un altar. Para reunir ese dinero se realizaron funciones de cine y festivales en el Club San Martín además de pedirse donaciones de bolsas de cal a Veyrand y al superintendente de la cementera, Lutter Miller se le pidió la cruz para poner a Cristo. Las placas de mármol del altar fueron traídas por gentileza de la firma "Brumi" de Burque y Mieri, que tenían camiones. El día 25 de enero de 1949 se inicia la última etapa de construcción y armado del altar, el cual para el mes de febrero del mismo año estaba presidiendo las ceremonias.

Desde ese momento y al día de hoy han pasado muchas familias por la parroquia que han trabajado en pos de su crecimiento. La tradicional Fiesta de Reyes Magos es uno de los mayores y más reconocidos frutos que ha arrojado la iglesia del pueblo que va camino a su primer centenario.