Si siempre sentiste envidia por la piel perfecta de las orientales, tal vez es hora de "robarles" sus pequeños secretos de belleza. Aunque las mujeres de ojos almendrados tienen una predisposición natural para la piel aterciopelada, debemos admitir que siempre prestan atención especial a llevar acabo y a pies juntillas un ritual de belleza diario bastante detallado y efectivo. Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo? La limpieza de cutis hecha en Japón requiere de constancia y de los productos adecuados.

Se llama layering, y como su propio nombre indica, se basa en llevar a cabo distintos pasos durante la limpieza y en los productos utilizados en la rutina habitual del cuidado de la piel. De hecho, consta de siete pasos muy simples cuyo objetivo es hidratar y nutrir la piel sobreponiendo diferentes sérums y preparándola para un mejor acabado del maquillaje.

Paso 1: primera limpieza con aceite vegetal

Para eliminar todo tipo de suciedad de la piel profundamente debemos utilizar un aceite desmaquillante. Por extraño que parezca, los orientales que por norma general tienen piel de seda usan un aceite vegetal orgánico para limpiar la cara. Puedes elegir entre una serie de variaciones, también basadas en el perfume y en tus gustos personales: desde el aceite de oliva, hasta el de almendra de albaricoque, de almendra dulce, de camelia, hasta el aceite de argán, de aguacate, de jojoba o de rosa mosqueta. Después de aplicarlo por toda la cara, enjuágala bien.

Paso 2: limpieza con jabón líquido

Para eliminar cualquier residuo del aceite previo hay que realizar una segunda limpieza: se puede utilizar jabón líquido ya que es más higiénico que el sólido pero siempre habrá que respetar preferencias y tipo de piel. El objetivo es limpiar e hidratar por completo. El jabón alepo, por ejemplo, es especialmente adecuado para quienes presentan acné y psoriasis, mientras que para la piel grasa son recomendables los productos elaborados a base de árbol de té o lavanda, por su fuerte acción astringente.

Paso 3: el tónico

Después de quitar y limpiar la piel, debe proceder con una loción para tonificar y reequilibra el rostro. El agua utilizada para limpiar la cara en los dos pasos anteriores puede no ser muy recomendable para según qué tipo de pieles por lo que siempre es bueno utilizar lociones delicadas como el agua floral, el vinagre de manzana, la lavanda o el jugo de limón para calmar la piel.

Paso 4: el sérum

Tras la limpieza de la piel, se puede pasar a nutrir el rostro gracias al uso de productos delicados y no invasivos. Es el momento de aplicar el sérum, que se presenta con diferentes finalidades: antiarrugas, reparador o antimanchas. Aplicarlo con la punta de los dedos por toda la cara, y siempre con movimientos circulares y de forma muy suave.

Paso 5: el contorno de ojos

Es el área más sensible y delicada por lo que el contorno de ojos requiere un tratamiento especia, por lo que se requiere una crema específica. En estos casos, se recomienda una textura muy delicada y nutritiva, que se aplicará ejerciendo una ligera presión dando pequeños toques con los dedos en todo el contorno de ojos.

Paso 6: la crema hidratante

Llega el momento de la crema de día que debe tener una textura hidratante y nutritiva, pero en el caso de tener la piel grasa, es mejor un producto opaco que contraste con el exceso de sebo. Te recomendamos que la crema que elijas además contenga filtros UV para proteger la piel del sol y de los distintos agentes externos. Como alternativa a la crema, puede optar por un aceite orgánico, aunque obviamente es mejor evitarlo si tienes la piel grasa.

Paso 7: bálsamo labial

El último paso del layering, antes de pasar al maquillaje, es el cuidado de los labios: aplica un bálsamo, que sea hidratante y que los proteja tanto del frío como del aire seco y los cambios de temperatura.