Lo que más se impone es una mesa colaborativa: en el 56% de los casos la gente invitada aporta algo para la cena.

En otros casos, el dueño de casa se encarga de todo pero se reparten los gastos (20%), al tiempo que en también existen los anfitriones full que asumen los preparativos y los gastos (16%). Un 3% compra comida hecha y reparte gastos.

Menú clásico. Las carnes frías ocupan el lugar primordial en la mesa navideña con un 64% de las preferencias. Allí las opciones pasan por el lechón, la pavita, el pollo o las carnes rojas. Sigue la ensalada rusa, con un abrumador 62% y luego el asado con un 60%. Casi un 50% tiene otras opciones de ensaladas dentro del menú. Y en menor medida aparecen los sándwiches (29%).

En tanto, un 25% de los encuestados disfrutará de los clásicos arrollados o piononos y de empanadas. Al tiempo que el mítico vitel toné se lleva un 23% de las preferencias, seguido por los fiambres (22%), los tomates rellenos (20%), y el surtido de quesos (15%). El fanatismo por la pizza no le escapa a la Nochebuena y un 11% se quedan con la opción de muzzarela.

Según los analistas de TNS Gallup se destacan diferentes opciones según el nivel socioeconómico. En los sectores socioeconómicos más bajos se priorizan el asado y las empanadas, o sea, dos opciones más populares, que forman parte de las mesas habituales de los argentinos.

El 85% de los argentinos tienen al pan dulce como opción infaltable. Le siguen los turrones con un 72% de las preferencias y los budines dulces, con un 59%. Aunque la mitad de los entrevistados toma nota del calor y opta por los helados. Las frutas secas se quedan con un 37% de las preferencias, un 20% no se privan de los chocolates y las frutas disecadas tientan a un 13 por ciento.

Desde el punto de vista socioeconómico, el pan dulce es más votado por los sectores de menores recursos, al tiempo que los chocolates, el helado y las frutas secas, son más frecuentes en las mesas de mayor poder adquisitivo.