Cacho Fernández

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Cristina está haciendo todo lo posible para recuperar la iniciativa. En el término de quince días puso en agenda varios temas desde los subsidios sociales hasta un fuerte ataque a los holdouts y a la amenaza de aplicar de la ley antiterrorista a la Imprenta Donnelley. ¿Es que la Presidenta tenía información como para aplicar semejante medida? Se sabe que Internet ha ido desplazando al papel y que algunos datos económicos no ayudan. Se comentó además que la empresa habría presionado para lograr beneficios y que el cierre es el producto de una maniobra para obligar al Gobierno a una negociación que incluyera subsidios para afrontar los nuevos costos de la mano de obra. Lo cierto es que el costo social del cierre es inconmensurable. Fueron 400 familias que de golpe y porrazo se quedaron sin ingresos.

Quizás el Gobierno debió haber mediado para lograr una salida y por ende evitar semejante trauma social. Pero Cristina tomó el caso y le saltó a la yugular sin medir quizás las consecuencias en quienes podrían ser eventuales inversores para el país. Con semejante reacción, ¿cómo no temer las reacciones políticas frente a los altibajos económicos que podría tener cualquier emprendimiento? Tal vez lo más responsable social y políticamente hubiese sido preservar las fuentes de trabajo y no hacer una utilización épica del cierre de la fábrica.

La otra pelea

Pero la Presidenta parece estar buscando recuperar la iniciativa política. Con los holdouts le está saliendo bastante bien y ha subido su imagen, pero la gente sigue opinando que mejor negociar y después pagar. La política aconseja tensar la cuerda, pero que no se corte.

Hoy por hoy, tiene menos riesgo no pagarle a los fondos buitre que pagarles por el riesgo de gatillar la cláusula RUFO. El viernes, la Corte de Apelaciones de Nueva York anunció lo que sería la reapertura de las negociaciones y posiblemente una revisión del caso. Y esto podría leerse como un triunfo del Gobierno en la pulseada con la justicia norteamericana y los holdouts.

Pero los enemigos de adentro siguen acechando la población. Hablamos de la inflación, la inseguridad y el empleo. Y éstos son problemas a los que se combate con políticas concretas y practicables, y no con discursos épicos o distractivos.

Y una manera de combatir la inflación sin necesidad de caer en la recesión es la de atraer mayor una mayor inversión para incrementar la oferta. Pero para ello hay que ser conscientes de dos cosas: que esos capitales para invertir no están en el país y que deben venir de afuera, y que los movimientos que hagan nuestros gobernantes deben estar destinados a seducirlos. Porque la misión de un gobernante, ante todo, es la de crear trabajo para la gente. El trabajo es el principal ordenador social y un poderoso generador de dignidad personal y autonomía política ciudadana.

Aquel cuento de Sacheri

De alguna manera, Cristina se parece a ese técnico de barrio de un cuento de Eduardo Sacheri que ante la goleada de un 4 a 0 que estaba sufriendo su equipo, se plantó al borde de la cancha y le gritó a sus chicos: "Vamos muchachos, que el quinto ni en pedo lo van a meter...!", o algo así. El resultado fue que sus jugadores, absolutamente desalentados, se encontraron con un nuevo e inesperado desafío, el de evitar que sus rivales aumentaran la cuenta. Se defendieron con uñas y dientes, mientras que en el otro equipo, que había escuchado el reto, también se desafiaban a anotarles el quinto gol. De pronto, el partido se encendió inesperadamente hasta el final. Conclusión: los ganadores se sintieron derrotados por no meter un gol más y los que perdieron nada más ni nada menos que por 4 a 0 se creyeron mágicamente triunfadores de la porfía. Los ganadores salieron con la cabeza gacha como si hubiesen perdido y los perdedores, sonrientes y satisfechos por el "triunfo". Así es la vida y por qué no la política.

Entonces, frente a la inflación, la recesión y la inseguridad, entre otras problemáticas, la Presidenta busca revertir la coyuntura con nuevos desafíos. El de los fondos buitre, a mi juicio, salió o está saliendo bien, pero el resultado sigue siendo adverso. Las consignas épicas pueden ayudar a levantar el ánimo y encender una nueva mística, aunque sea provisoriamente, pero la realidad se termina imponiendo si uno se obstina en negarla. La ilusión puede ayudar a vivir, pero no cambia las cosas. Ni el materialismo ni el idealismo llegan a interpretar certeramente a la historia si no hay un condicionamiento mutuo entre ambas actitudes. Dicho de otra manera, la política debe participar y de algún modo condicionar a la economía, pero siempre respetando algunos de los límites que fijan sus propias reglas. Es que la economía muchas veces es una práctica social que se maneja con conductas inducidas.

Candidaturas

En el kirchnerismo, Gonzalo Bagú ya se instaló como candidato y su gente ha salido a empapelar la ciudad con la leyenda "El país, Randazzo, en Olavarría. Gonzalo Bagú 2015. Elegí vos". La idea es ésa, instalarse ya como precandidato anticipándose a otros que se quieran colgar del crecimiento que pudiera tener el ministro del Interior y Transporte.

Randazzo descartó ser candidato en la Provincia y apuesta al nivel presidencial disputando con Daniel Scioli el mismo espacio. Arma actualmente su equipo de trabajo, busca ser un continuador del modelo -lo dicen expresamente cuando Scioli procura disimularlo-, y de la mano de los trenes y la documentación pretende dejar la imagen de un candidato que apunta a modernizar el Estado.

Cristina abre juego, pero su pollo es Axel Kicillof. Veremos cómo lo hace jugar. Por ahora el titular de Economía no tiene posibilidades contra Scioli o Randazzo, salvo que lo haga jugar como cancerbero de fórmula similar al esquema que el kirchnerismo aplicó con Gabriel Mariotto.

José Eseverri no descarta tener que disputar una interna en su propio espacio y, si bien está dispuesto a presentarse por un nuevo mandato, también lo debe seducir ocupar responsabilidades en otros niveles de Estado. Hoy por hoy integra con De la Torre y Katopodis la mesa chica del massismo y no podría descartarse una posible migración si el Frente Renovador gana las elecciones. Las hipótesis son varias y van desde la decisión de quedarse e intentar ganar y completar otro mandato hasta la de buscar una continuidad de su gestión, pero con otra cara que puede ir directamente como candidato o como primer concejal, capaz de sustituirlo en caso de que Massa le pida integrar su equipo de colaboradores más inmediato. Todo puede ser, pero dependerá del resultado electoral del massismo a nivel nacional y provincial.

Lilita y el mito

Con el desplante que le hizo a Fernando "Pino" Solanas, la diputada nacional Elisa Carrió protagonizó el primer desencuentro (¿ruptura?) de UNEN. No es la primera ni será la última vez que la jefa de Coalición Cívica (CC) decida romper una estructura que contribuyó a formar.

Carrió se comporta como Sísifo, aquel personaje de la mitología griega que los dioses condenaron a empujar una roca hasta la cima y resignarse a que ésta se le volviera a caer. Y así eternamente. El mito pretende significar que los humanos estamos condenados a construir y a ver destruido lo que habíamos construido. Dicen que hay una tipología psicológica emparentada con este síndrome. Albert Camus encuentra que el hombre debe resignarse que la vida misma es así y que de esta quimera hay que extraer un sentido y una forma de felicidad. Elisa Carrió puede no ser consciente de todo esto pero incurre en la misma conducta, esto es, destruirá permanentemente lo que ella misma construye. Lo extraño es que encuentra una satisfacción moral en sus argumentos para romper.

Pero sus actitudes tienen sus consecuencias. Antes se le fue su compañero preferido, Adrián Pérez, al Frente Renovador, y también lo hizo la ex senadora María Isabel Gainza, y ahora quien se le va al massismo es el ex diputado provincial y presidente de la CC bonaerense, Walter Martello, junto con una treintena de dirigentes. Los argumentos de Martello prefiguran la polarización que puede darse en el escenario electoral el año próximo.

Dentro del UNEN, las tres listas que disputarán la conducción del Comité de la UCR en Olavaría están en carrera. Si bien no están oficializadas todavía, el martes la Junta Electoral del partido dirá quiénes están y quiénes no en condiciones de participar de los comicios partidarios del 7 de septiembre. Las dos opositoras están a la expectativa y hasta con alguna desconfianza sobre lo que vaya a resolver la Junta Electoral, pero suponen que todo va a andar bien. Hasta el momento, unos 6.400 afiliados están en condiciones de votar, pero como el padrón está judicializado, el número puede sufrir alguna modificación. Para el radicalismo, el hecho de que se presenten tres listas es sumamente auspicioso, el tema es que luego del escrutinio los perdedores acepten el resultado y no quede una interna para siempre como pasa con todos los partidos políticos.