Desde el Centro de Almaceneros de Olavarría revelaron a través de un comunicado su "preocupación por cierres" de locales en nuestra ciudad y también por los "problemas económicos" que acucian en la actualidad a los comercios minoristas locales.

En el documento plantean las trabas encontradas en la situación económica, así como el marcado incremento de los costos fijos de los comerciantes, que deriva en una importante "pérdida de rentabilidad". En ese sentido, plantean la situación de "emergencia del comercio y las pymes". En tanto, desde la Cámara Empresaria de Olavarría (CEO) anticiparon que se encuentran "esperando números reales para entrar a dialogar sobre el tema".

El complicado panorama fue expuesto por Carlos Bianchi, quien se desempeña como miembro del consejo directivo de la Federación de Entidades de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA). El dirigente remarcó que "no hay dudas que el comercio y las pymes están en emergencia". Aunque a la vez subrayó que "el tema es mucho más amplio y envuelve otras cuestiones, como más desocupación, más pobreza y deterioro en la calidad de vida".

En ese marco, el comerciante abogó para que desde el gobierno nacional se "establezcan programas de estabilización e inclusión, buscando un alivio en la población, que día a día sufre la disminución de sus ingresos".

Desde ese punto de vista, el titular del Centro de Almaceneros reclamó "medidas para paliar la grave situación, como restricción a las importaciones; control estricto del mercado cambiario; y atenuar los efectos de la inflación". Asimismo, consideran que "la devaluación encarece los productos importados, agravando" la situación.

En el texto se lamenta que "el comercio en general y las pymes productivas están al límite de su existencia, recordando que en la provincia de Buenos Aires ya son miles las que dejaron de funcionar". Bianchi, quien también se desempeña como vicepresidente segundo de la CEO, consideró que "los principales problemas de la economía nacional" están representados por "la inflación, la devaluación, el valor del dinero y el excesivo incremento de los impuestos".

Otra cuestión no menor para los comerciantes locales es el elevado costo "de los servicios esenciales, como energía eléctrica, agua corriente y gas, que han aumentado en forma desproporcionada, produciendo la descapitalización de comercios y pymes, motivando su quiebre y cierre".

Como un derivado de los problemáticas enumeradas por el dirigente se obtendría "una menor rentabilidad", lo cual "ha significado una pérdida de ingresos para muchos, agravándoles el problema del endeudamiento y desequilibrándoles aún más sus balanzas comerciales".

El dirigente, al evaluar el delicado panorama para 2019 bajo esa óptica, consideró que a la par "lógicamente que la inflación la produce el gobierno, a través del incremento constante de impuestos". Bianchi también criticó "la libertad y aprobación" que desde el gobierno nacional "se proporciona a los grandes monopolios y empresas a aumentar los costos sobre los asalariados, jubilados y gente de bajos recursos".

"Para tener movimiento, el comercio ha bajado mucho los porcentajes de ganancias: hemos visto que la única manera es trabajar con muy poco margen y esto se ha generalizado. Hoy donde se notan más locales vacíos es en el microcentro porque la mayoría no tienen clientes cautivos como podemos tener en los barrios", diferenció.

De todas maneras, la disminución del ritmo de ventas es homogénea. En ese sentido, "los comercios de barrio tienen un poco de movimiento porque al tener menos gastos pueden tener mejores precios. Hoy la mayoría de la gente compra lo del día y en su barrio. Incluso la tarjeta de crédito se está usando muy poco porque la gente se limita a comprar dentro de sus posibilidades".

Como consecuencia de la situación económica, existen restricciones y se advierte que "se consume lo mínimo". En general, "ha bajado el consumo y son pocos los artículos de rotación. Se venden huevos, papas, fideos, jugos en sobres; lo más indispensable. Lo que se venden son 10 artículos de primera necesidad y lo demás es muy poco lo que se vende".

Datos negativos

De acuerdo con el habitual indicador de consumo que elabora el Instituto de Trabajo y Economía (ITE) arrojó para noviembre una retracción de 9,6 por ciento con relación al mismo mes del año pasado. Se trata de la sexta medición consecutiva con resultado negativo.

El índice del ITE es elaborado a partir de una serie de variables de "alta correlación estadística con el consumo privado", que incluyen la recaudación tributaria, las ventas minoristas, el crédito al sector privado y la venta de autos nacionales, entre otros. Salvo el IVA neto, que subió 0,5 por ciento, todos los demás rubros mostraron caídas.

"El consumo continúa débil, afectado por la caída de los ingresos reales y las altas tasas de interés", señala el informe. Así alude a la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados: según datos de septiembre del Ministerio de Producción y Trabajo, la caída interanual una vez descontada la inflación fue de 12 por ciento. En cuanto a las tasas, la de referencia del Banco Central llegó a tocar el 74 por ciento anual, aunque en los últimos días bajó unos 15 puntos, lo que hizo "casi prohibitiva la financiación al sector privado".

Uno de los datos principales que tuvo en cuenta el estudio fue la caída en las ventas del sector minorista durante noviembre. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la estimó en 15,6 por ciento frente a igual mes del año pasado, con topes de 23,5 por ciento en mueblerías y 21,8 por ciento en el rubro de electrodomésticos y artículos electrónicos.