Primero debo confesar mi absoluta reserva ante cualquier libro que lleve la palabra "feliz", "felicidad" o, como en este caso, "felices". Quizás por ello empecé a leerlo con cierta cautela y -sin embargo- fue leer la primera página y sentir, enseguida, que el autor lograba en segundos trasladarme al escenario donde ocurría la trama.

Cesare Annunziata tiene 70 años y -por fin- parece haber encontrado en la soledad de su departamento todo lo que necesita. No le gusta cruzarse con nadie, ni siquiera en el hall de la entrada. Mucho menos compra en los comercios de su cuadra. Están más pendientes de su vida que de sus compras, piensa.

En el edificio en el que vive sólo tiene un amigo; eso sin contar a la vecina un poco loca por los gatos. Viudo y con dos hijos mayores, Cesare pasa sus días saliendo poco o cuidando cada tanto a su nieto. Un trabajo que le encarga su hija. Mientras que de su hijo sabe poco. En realidad, no ha logrado establecer una conexión desde hace varios años y cuando ambos intentan hablar parecen dos desconocidos.

Sólo cuenta con el auxilio de Rossana, una mujer que le brinda cariño y sexo en partes iguales. La única que parece comprenderlo ante los continuos reclamos de su hija que lo considera un egoísta, un hombre que ha vivido siempre para sí mismo. Cesare, aunque a veces duela, no lo niega.

Hasta que un día una pareja de jóvenes se muda en su mismo piso y el nombre de la chica le recuerda irremediablemente a un viejo y apasionado amor. Pronto tambien se dará cuenta de que la mujer es sometida a diversos actos de violencia y junto a sus compinches del edificio buscará la forma de ayudarla. Lo que no sabrá es que también se ayudará a sí mismo.

Pocos autores pueden tener la capacidad necesaria de transmitir los sentimientos de sus personajes con tanta facilidad. Lorenzo Marone lo consigue desde el comienzo y lo sostiene durante todo el trayecto que hacen los protagonistas de la historia. Su escritura es simple y le propone al lector no sólo identificarse rápidamente sino que -además- lo invita a reflexionar. A que se tome un minuto para pensar en qué momento de su vida se encuentra.

"La tentación de ser felices" es una gran novela y con una belleza que se va desplegando de a poco. Maroni logra un relato acerca de la vejez sino también sobre la redención.