"El porcentaje de éxito de estos procedimientos en adultos mayores alcanza el 97,6%", según el trabajo avalado por el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), cuyos especialistas aseguraron a Télam que la edad "no es un factor limitante para emplear procedimientos por cateterismo".

La angioplastia coronaria es un procedimiento mediante el cual, a través de un catéter, se hace llegar un pequeño balón inflable a la sección de la arteria que está obstruida y el balón, al ser inflado, comprime la obstrucción contra las paredes de la arteria, abriendo paso a la sangre que circula por ella.

Los problemas cardiovasculares, explicaron, suelen multiplicarse con el paso de los años, y ante pacientes mayores de 80 años, "más vulnerables que el resto de la población", la angioplastia transluminal coronaria (ATC) no solía ser una opción de uso frecuente.

Sin embargo, en la actualidad, "es posible tratar gran parte de las afecciones cardiovasculares por vía endovascular", afirmó el CACI.

"Durante mucho tiempo, el paciente mayor de 80 años con problemas arteriales representó un desafío, ya que tratarlo podía implicar mayor riesgo que dejar que la enfermedad evolucionara por sí sola", señaló Arturo Fernández Murga, médico especialista en Cardioangiología Intervencionista y presidente del CACI.

"Esta realidad ha cambiado en los últimos años: desde hace un tiempo contamos con nuevas herramientas farmacológicas y técnicas que nos permiten tratar a estos pacientes mediante cateterismo, y podemos decir que la edad ya no es una limitante para optar por una angioplastia", afirmó.

Por su parte, Marcelo Halac, médico especialista en Cardioangiología Intervencionista y Secretario del CACI, aseguró que el paciente mayor de 80 años "tiene mayor riesgo porque suele presentar varias enfermedades asociadas, para las cuales toma otras drogas que interfieren con la metabolización de los fármacos".

"Su organismo -agregó- absorbe la medicación de forma diferente, y si padece algún trastorno de la función renal, la excreción también está alterada. Hay más riesgo de sangrado, los vasos son pequeños y los desafíos son importantes".

Sin embargo, "hacer angioplastia en una arteria es cada vez más seguro". Con la llegada de nueva tecnología se están enfrentando casos más difíciles y, lejos de amedrentarnos, los resultados son muy favorables", apuntó.

El especialista en cardiología intervencionista Alfredo Bravo destacó el hecho de que ahora se cuenta con tecnología "que nos permite realizar una angioplastia completa a través de la arteria radial, que es la arteria que pasa por la muñeca, lo que disminuye las complicaciones en el sitio de punción".

"Terminado el caso -dijo- el paciente sale de la sala caminando, saludando a todo el mundo, contento, porque es un procedimiento sin anestesia general".

En la Argentina, las angioplastias coronarias se realizan tanto en instituciones privadas como públicas, tal el caso de los hospitales "El Cruce" de Florencio Varela, el Fernández del barrio porteño de Palermo y el Durand de Caballito, entre otros centros de la Capital Federal y del resto del país.

Por su parte, el cardioangiólogo intervencionista Juan José Fernández, explicó a Télam que la angioplastia coronaria comenzó a desarrollarse en la década de los 70, tanto en el mundo como en la Argentina, y dijo que en principio estaba orientada a personas de entre 50 y 60 años "con determinadas características de obstrucciones coronarias".

"Hoy en día, la angioplastia coronaria se ha extendido a personas mayores gracias a las nuevas tecnologías, los nuevos medicamentos y la mayor experiencia de los profesionales", señaló el médico integrante del CACI.

Télam