El fin de semana se desarrolló la sexta fecha del rally bonaerense del sudoeste en General La Madrid. Fue un espectáculo muy colorido, apasionante para los amantes del deporte motor. Desde que se presentaron los cuarenta autos hubo sintonía con el público que el domingo se acercó masivamente para acompañar a los pilotos, en especial a los locales (Marcos Huici y Carlos Rodríguez Posse) que lograron terminar la carrera.

Después de varios años sin que rugieran los motores, la ciudad esperaba un entretenimiento como el que pudieron observar. Con maniobras arriesgadas, algún vuelco -sin consecuencias- y pura velocidad el rally dejó a su paso un recuerdo indeleble.

El sábado a la noche, durante la largada simbólica, comenzó a percibirse el show: máquinas y pilotos iban en sintonía.

La adrenalina de la velocidad se hizo carne el domingo. Con autos que en rectas pueden llegar a los 200 kilómetros de tierra y doblar a más de 120 en caminos de tierra, lo que los fanáticos esperaban se concretó. Los de las Clases Junior y A1 se robaron todas las miradas, pero también lo hicieron el resto de los competidores que, tal vez sin la misma potencia de los más preparados, si tuvieron la pericia para sortear más de 80 kilómetros divididos en seis especiales.

El primer condimento fue la neblina, bien temprano en la mañana. Luego el calor abrasador y el polvo en suspensión no se la hicieron fácil a nadie, ni a los pilotos ni al público que acompañó tanto en los tramos de caminos rurales como en el súper prime del SIP.

Al final de la tarde todo fue alegría. Los pilotos contentos con el circuito que "mezcló partes rápidas y técnicas" y con los espectadores "que acompañaron y brindaron un marco único".

Era la primera vez que La Madrid organizaba una competencia de este estilo y al parecer sacó un aprobado. El Rally bonaerense del sudoeste pasó con todo su show y muchos se entusiasman con que, en 2019, haya una nueva edición.

Las voces de los protagonistas

Para La Madrid la competencia del rally tenía un atractivo especial: la presencia de los locales Carlos Rodríguez Posse y Marcos Huici. Aunque con los autos heridos (terminando la última especial para su mala fortuna) pudieron dar la vuelta por completo y en gran parte de la carrera estuvieron luchando con pilotos mucho más experimentados que ellos.

El Gallego Posse hizo un "balance muy bueno, lástima que no pudimos llegar acelerando porque se rompió el embrague". "Lo lindo es que no sabés con lo que te podés encontrar; de repente no ves nada y te encontrás con cosas que no te esperabas. También que la gente te acompaña", recalcó.

Por su parte Marcos Huici destacó que "fue una linda carrera aunque cometimos algún error y después tuvimos mala suerte porque se nos rompió la caja de cambios". "Es una linda experiencia, distinta a lo que yo estoy acostumbrado. El apoyo de la gente es muy lindo, pudimos dar un espectáculo y eso nos pone contento", concluyó.

"El balance es positivo, en principio. En estos eventos lo que prima es la seguridad y anduvimos bien. Los pilotos están contentos y nosotros también", resumió Juan Barraza, integrante del grupo organizador.