El caso que se investiga ahora se descubrió en los últimos días y fue denunciado por el titular del GAD, comisario Diego Lemma (quien también fue segundo jefe del Comando de Patrullas Olavarría), atrayendo la atención rápidamente del personal de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense.

El GAD es una unidad destinada al apoyo y rápida acción en allanamientos, operativos de tránsito y de saturación, sectores de conflictos o eventos masivos. Llegó a nuestra ciudad cuando a mediados del año pasado el Ministerio de Seguridad bonaerense creó la Superintendencia de Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) y bajo su órbita quedaron los Grupo de Apoyo Departamental de toda la provincia de Buenos Aires.

El FOE buscó potenciar y jerarquizar a los grupos de élite de la fuerza y tras analizarse la cantidad de intervenciones que había tenido el GAD de esta región se resolvió trasladar la sede operativa desde Azul a Olavarría.

Los elementos robados serían una pistola 9 milímetros, un kit denominado RONI de uso táctico y el kevlar de un chaleco de seguridad, al que le habrían dibujado una imagen y una palabra ofensiva presuntamente dirigida al jefe del cuerpo policial.

El kit de uso táctico que fue sustraído en la sede del GAD se hizo conocido para la opinión pública en junio del año pasado cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, comandó un operativo personalmente un operativo en la localidad bonaerense de Zárate.

En un video que rápidamente se viralizó en redes sociales, Berni aparece dando órdenes a un grupo de policías que rodean a un presunto detenido, en el medio de la noche y bajo el resplandor de las luces de la ciudad. En su mano derecha aparece un subfusil negro que el ministro mantiene siempre apuntando hacia el suelo.

Se trataba, en realidad, de una pistola Bersa Thunder PRO empotrada en lo que parece ser un kit tipo RONI del mismo fabricante, una empresa argentina de armas y municiones.

Los kit RONI se montan por encima de la pistola, de modo que solo la empuñadura, la cola del disparador (gatillo) y el guardamontes quedan a la vista. Así, permite un mejor agarre del arma, al proveer de una culata para apoyar en el hombro, transformándola de hecho en lo que algunos llaman "subfusil táctico", con mejor puntería y alcance real de hasta unos 50 metros.

El escandaloso incidente del GAD fue mantenido en total hermetismo por todos los investigadores, que hasta el momento no han respondido a los intentos de comunicación de EL POPULAR Medios, aunque confirmado por distintas fuentes policiales consultadas. Y recién salió a la luz el lunes pasado, cuando se realizaron allanamientos en los domicilios particulares de integrantes de la dependencia y se secuestraron al menos sus teléfonos celulares.

Otras causas

Si bien el principal afectado en la causa sería el titular del cuerpo policial, el comisario Diego Lemma, el robo lo volvió a poner en el centro de la mira de sus superiores de la Policía Bonaerense ya que existen dos causas en las que el funcionario quedó involucrado: una de ellas cuando se desempeñaba como jefe de la Subcomisaría de Sierras Bayas, donde fue sustraído el equipo de radiocomunicaciones de un móvil que fue llevado a un taller mecánico para efectuarle reparaciones; y la otra vinculada con la investigación de irregularidades en horas extras de personal, en la que además de Lemma hay otros tres policías sospechados y esperando la realización de un juicio oral y público. El proceso se había previsto para los primeros meses del año pasado pero la pandemia de Covid-19 obligó a posponerlo.

En este último caso la caratula sería "falsificación ideológica de documento público, en concurso ideal con fraude en perjuicio de la administración pública en dos hechos" e interviene la fiscalía de Delitos Especiales del Departamental Judicial de Azul, a cargo del Dr. José Ignacio Calonje.

Antecedente

El hecho delictivo ocurrido en la dependencia policial olavarriense no fue el primero que se detecta desde la puesta en funcionamiento de los Grupos de Apoyo Departamental, ya que guarda al menos un antecedente que se remonta a septiembre de 2017.

En aquel momento se detectó en el GAD con sede en Melchor Romero, La Plata, el faltante de carabinas, granadas lacrimógenas y chalecos antibalas

Tras el inventario de armas se denunció el faltante de 453 granadas lacrimógenas y antitumulto, dos carabinas, 3.130 municiones para escopetas 12.70, 2.513 cartuchos de estruendo, 300 cartuchos con postas de goma y 23 cartuchos impulsores. También faltaban 18 cascos, 25 pares de guantes antitumulto, 23 chalecos antibalas y refractarios, 26 pares de protectores tibiales, 300 mascarillas quirúrgicas, 22 juegos de esposas y 18 correas utilizadas para transportar ametralladoras.

El caso surgió a partir de la denuncia del subcomisario Maximiliano Madueño, que asumió en la dependencia a fines de agosto de ese mismo año en reemplazo del oficial inspector Gastón Colunga, quien fue puesto en disponibilidad preventiva.

Meses antes, en mayo, habían pasado a disponibilidad al subcomisario Walter Maldonado, que estaba al frente de esa dependencia. La misma medida se tomó con otros tres subalternos, sospechados de robar combustible destinado a patrulleros y otros móviles. Maldonado fue luego reemplazado por Colunga, que después también sería desplazado.