“Una amnistía para evasores”. Así definieron desde el equipo económico bonaerense al blanqueo de Milei, que explica en gran parte el verano financiero que atraviesa Argentina. En ese sentido, explican que la no adhesión no cambia la orientación de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA): “Vamos a fiscalizar con progresividad y orientaremos los esfuerzos hacia los sectores de mayor capacidad contributiva”, dicen.

El gobernador  bonaerense no incluyó la adhesión al blanqueo en la ley impositiva que envió a la Legislatura y tampoco tiene previsto hacerlos en una iniciativa específica. Por lo que ARBA quedará habilitada a cobrar los impuestos provinciales potencialmente no tributados por los contribuyentes.

Por su parte otras jurisdicciones van marcando su posición al respecto. Santa Fe cobrará una tasa del 2% para cifras superiores a los u$s100.000 que utilizará para otorgar beneficios tributarios a los contribuyentes cumplidores. En el caso de Neuquén se cobrará una alícuota progresiva de entre 0,75% y 1,25%. Salta dispuso su propio esquema con una tasa del 10% de lo que se haya tributado a Nación y Mendoza adhirió al blanqueo sin establecer ningún tributo especial