A pocos días del anuncio, el Gobierno nacional formalizó la disolución de la AFIP en el marco de las reformas estatales impulsadas por el presidente Javier Milei. El organismo será sustituido por la Agencia Nacional de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). La medida fue publicada esta madrugada en el Boletín Oficial mediante el decreto 953/2024, en el que se establece: “Disuélvese la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), entidad autárquica en el ámbito del Ministerio de Economía, con los efectos y alcances definidos en el presente decreto”.

Además, el Ejecutivo constituyó oficialmente la ARCA, también bajo la dirección de Luis Caputo. Según indica la normativa, la nueva entidad "es la continuadora jurídica" y asumirá las responsabilidades y funciones que correspondían a la AFIP hasta la fecha de publicación de la nueva estructura funcional y normativa. Esto ratifica el adelanto hecho por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien anunció que “el Gobierno anuncia muy felizmente que la AFIP dejará de existir”. La reforma implica una fuerte reducción de personal, especialmente de cargos jerárquicos y sus salarios. La nueva estructura tendrá un director ejecutivo y dos directores generales, uno para la gestión impositiva y otro para la aduanera.

Mediante el decreto 954/2024, se designaron las autoridades de la ARCA: Florencia Misrahi liderará el organismo, con un mandato de cuatro años y posibilidad de renovación bajo cumplimiento de objetivos. Andrés Edgardo Vázquez dirigirá la DGI, y José Andrés Velis estará a cargo de la Aduana. Según el Gobierno, la ARCA tendrá “una estructura simplificada”, con un recorte del 45% en los cargos superiores y un 31% en los niveles inferiores, disminuyendo “un 34% de los ravioles”.

El artículo 5° de la normativa establece que el personal de la AFIP “mantendrá su situación de revista alcanzada en su carrera administrativa”, a la espera de medidas adicionales sobre la organización funcional de la ARCA.

El Ejecutivo argumenta que la AFIP “se ha sobredimensionado en estructura y en sectores que no cumplen funciones esenciales”, afectando la capacidad para responder de forma eficaz a las necesidades tributarias, aduaneras y de seguridad social, impactando en la administración de recursos públicos. La ARCA buscará aprovechar de forma racional los recursos humanos y materiales, especializando y capacitando a su personal para mejorar la calidad del régimen impositivo, de seguridad social y aduanero, fortaleciendo así la capacidad de respuesta del Estado.