La inflación en Argentina se mantuvo en 4%, igualando los registros de mayo y reduciéndose desde el 4,6% de junio. Esta constante de 4% se ha convertido en un desafío para el equipo económico encabezado por Javier Milei, que ha priorizado la desinflación como su meta principal.

GMA Capital advierte sobre la resistencia de los precios en el sector de servicios, que registraron un aumento del 6,4% en julio, mientras que los bienes tuvieron un incremento del 3,2%. Esta diferencia refleja la rigidez en los precios de los servicios, influenciada por contratos, indexación y regulaciones gubernamentales. Nery Persichini, Head of Research & Strategy en GMA Capital, destaca que estos precios "pegajosos" podrían llevar a una aceleración de la inflación en los próximos meses debido a ajustes en tarifas y servicios básicos.

Econviews también señala que la inercia inflacionaria persiste, y la desinflación rápida es poco probable. Según Miguel Kiguel y Andrés Borenstein, es difícil prever cifras de inflación mensual que comiencen con 0 o 1 debido a la resistencia en los precios y a las expectativas de ajuste en el tipo de cambio.

Por su parte, SBS indica que los datos de alta frecuencia para agosto sugieren una aceleración en la inflación, a pesar de las políticas del gobierno para controlar la expansión monetaria. La tendencia de precios podría verse afectada por el incremento en los agregados monetarios y los préstamos al sector privado. Además, la dinámica de los dólares alternativos y la brecha cambiaria son factores clave a seguir.

LCG también subraya el desafío de reducir la inflación de 4%/5% mensual a niveles de 1%/2%, especialmente si la economía comienza a recuperarse y la puja distributiva se intensifica.

La próxima reducción del impuesto PAIS, de 17,5% a 7,5% en septiembre, podría ofrecer un alivio temporal, pero los analistas advierten que los ajustes en tarifas y la inercia inflacionaria seguirán siendo desafíos importantes para lograr una desinflación sostenida.