La inflación en julio mostró una ligera disminución del 0,6 puntos porcentuales respecto a junio, alcanzando un 4% mensual y una core de 3,8%. Sin embargo, este descenso no ha sido suficiente para cerrar la brecha con el aumento del dólar, que sigue mostrando un atraso cambiario considerable. La diferencia entre la inflación y la suba del dólar ha sido un tema de preocupación para los funcionarios económicos, especialmente para Luis Caputo y Santiago Bausili.

La previsión del vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, de una inflación de 3,7% no se cumplió, generando desilusión entre los economistas del gobierno. A pesar de los intentos del presidente Javier Milei por proyectar un control sobre la inflación, la realidad muestra un panorama más complejo.

Los datos del Indec revelan que el turismo en Argentina ha disminuido, con 684.300 personas viajando al exterior y solo 531.400 llegando al país. Esto se debe a que la percepción de un dólar barato ha convertido a Argentina en un destino costoso para los turistas.

El ajuste en la "tablita" cambiaria ha sido mitigado por la apreciación de las monedas de la región, aunque el dólar en Brasil sigue depreciado respecto a su valor anterior. La competitividad local se ve afectada, con el peso argentino apreciándose en términos reales.

El Gobierno ha empezado a moderar la recomposición tarifaria y a normalizar los pagos de importaciones, reduciendo las cuotas de pago de cuatro a dos. Sin embargo, esto ha complicado la situación de subsidios y la gestión del Banco Central.

La preocupación en el sector agropecuario es creciente debido al valor del dólar y la posible reducción de retenciones prometida por el gobierno. Los precios internacionales de soja y maíz también son desfavorables, dificultando la planificación para la campaña de 2025.

Críticas y propuestas de ex funcionarios como Alfonso Prat Gay sugieren la necesidad de una reducción inmediata de las retenciones al campo para evitar un deterioro en las cuentas externas y las reservas.