En una mañana de protestas, los empleados públicos que aún mantienen su empleo debido a su condición de planta permanente llevaron a cabo un paro y manifestaciones en distintas dependencias estatales como parte de una "jornada de lucha" organizada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en rechazo al Gobierno de Javier Milei.

La protesta incluyó lo que llamaron "ruidazos, acciones y asambleas" en diversos edificios gubernamentales, culminando con una manifestación en las afueras de la Jefatura de Gabinete, encabezada por Nicolás Posse.

Lo que llamó la atención en esta ocasión fue que, a diferencia de manifestaciones previas como la del Polo Obrero que cortó calles, los gremialistas de ATE llevaron a cabo su protesta en la vereda, sin bloquear el tránsito vehicular. Esta decisión se tomó en respuesta a las noticias de que el Ministerio de Seguridad cobraría una suma considerable a las organizaciones sociales que cortaran calles, lo que llevó a que los manifestantes optaran por evitar tales costos.

Dentro del edificio donde funciona la Jefatura de Gabinete de Ministros, conocido anteriormente como SOMISA, los gremialistas realizaron una "asamblea popular". Durante la reunión sindical, Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, anunció que se unirán a la movilización organizada por la CGT y las dos CTA el próximo miércoles 27, donde se prevé que se realicen cortes de calles como parte de la protesta.

Aguiar hizo hincapié en que su sindicato tiene la responsabilidad de defender los derechos de los trabajadores que representa y que no corresponde a ellos evaluar el tiempo que ha transcurrido desde que el Gobierno asumió el cargo o su nivel de apoyo popular. También expresó su preocupación con respecto a un decreto desregulador, que según él, "nos devuelve de un plumazo a 1976", haciendo referencia a la dictadura militar, a pesar de que las medidas del gobierno de Milei revocan leyes vigentes desde esa época.