El anuncio empezó hablando de la "herencia". Se trata de 2.000 personas privadas de su libertad que hoy están detenidas en comisarías y alcaidías porteñas en situaciones de hacinamiento y precariedad. El Gobierno de la Ciudad anticipó que, para "resolver la situación urgente", apuntará a instalar 19 contenedores, a los que definen como "módulos de detención", en tres comisarías, con capacidad para unos 80 presos cada uno.

Con esos cupos, además de tobilleras electrónicas y pedidos de extradición, buscarán bajar la sobrepoblación.

El anuncio no es aislado: en lo que va de 2024 hubo 13 fugas de comisarías porteñas, un promedio de una cada 9 dias.

Desde la pandemia de COVID-19, la sobrepoblación carcelaria afecta a miles de personas que son detenidas en la Ciudad de Buenos Aires y que no tienen cupo en los penales federales, adonde deberían ser trasladados.

De esos 2.000 detenidos, el 20 por ciento tiene condenas firmes y sigue en situaciones de detención precarias y transitorias. Las comisarías no tienen baño, ducha, sectores de esparcimiento, cocina o áreas de visita. En algunos casos hasta deben turnarse para dormir.

Mientras el traspaso de la Justicia penal de la órbita nacional a la porteña no parece ni cerca de avanzar, el 94 por ciento de los detenidos por la Policía de la Ciudad tienen causas en juzgados nacionales o federales.

El presupuesto para alojar y trasladar a esos presos depende del Servicio Penitenciario Federal (SPF), ahora bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Si el SPF no les asigna cupos, la Ciudad no puede trasladar a los presos que ahora están abarrotados en comisarías y alcaidías que no están preparadas para alojar detenidos.

La gestión en Seguridad porteña, que asumió el 10 de diciembre, se adjudica como un logro la aceleración de las detenciones en un 22 por ciento, algo que profundiza un problema que ya era grave.

Detienen más, tienen menos cupos para alojar presos y no crecen las plazas del SPF para dar abasto con ese incremento. Es así como se aceleró el "cuello de botella" que deriva en condiciones precarias de detención y, también, en las 13 fugas de 2024.