La Ley de Financiamiento Universitario, que ha sido objeto de conflictos durante seis meses en las calles, las aulas y el Congreso, alcanzó un momento crucial este miércoles. La Cámara de Diputados inició una sesión especial para decidir si se ratifica la ley, que busca proporcionar recursos actualizados a las universidades nacionales hasta fin de año y que fue vetada por el Gobierno.

Fuera del Palacio Legislativo, estudiantes que ya han tomado varias facultades se movilizan en contra de la decisión de la Casa Rosada de no permitir la actualización económica de las universidades públicas. Ambos lados de la disputa muestran un escenario de paridad. El oficialismo, respaldado por Mauricio Macri y algunos radicales, se siente fortalecido, mientras que la oposición, unida en su intención de sostener la ley, necesita dos tercios de los votos presentes para rechazar el veto presidencial.

La situación es voto a voto. La oposición afirma que podría contar con 162 votos a favor, mientras que el Gobierno necesita al menos 86 votos para mantener el veto. La asistencia y las ausencias de los diputados serán determinantes para el desenlace de esta crucial decisión legislativa.

En el oficialismo, hay un optimismo cauteloso. Luego de las masivas movilizaciones en defensa de la universidad pública, el Gobierno ha trabajado para revertir su situación. Con el apoyo de figuras clave como Macri y algunos aliados, el oficialismo espera asegurar suficientes votos para blindar el veto. El panorama se mantiene tenso y ajustado, mientras el futuro del financiamiento universitario pende de un hilo.