Los datos surgen del Registro de menores extraviados, dependiente de la secretaría de Derechos Humanos bonaerense. Al igual que en los últimos casos de resonancia pública, como el de la adolescente Karen Mendoza -desaparecida en La Matanza el 6 de mayo y hallada un día más tarde en la localidad bonaerense de Cañuelas- el 70 por ciento de las denuncias corresponden a extravíos de niñas o adolescentes mujeres.

Del total de 960 casos denunciados a lo largo de todo el año pasado, aún restan 263 niñas sin aparecer y 88 varones de quienes no se conoce su paradero. No obstante, y pese a lo que se cree popularmente, la gran mayoría de las desapariciones se originan por la decisión voluntaria de abandonar sus hogares.

De acuerdo a un informe de Missing Children, el 73 por ciento de las desapariciones se da por conflictos familiares y crisis de identidad, mientras que en el 14 por ciento de los casos, los chicos son secuestrados, en el 8 por ciento resultan perdidos y en el 5 por ciento la ausencia tiene que ver con una discapacidad mental.

"Sucede que muchas veces los chicos están atravesados por conflictos familiares y situaciones de maltrato, que vulneran sus derechos", señaló a esta agencia la coordinadora del Registro de menores extraviadas bonaerense, Doralia Azparren.

Cabe señalar que este Registro, que depende de la secretaría de Derechos Humanos provincial, fue creado en junio de 2011 por la ley Nº 13.994 con la finalidad de poner en funcionamiento un mecanismo que sistematice y ayude en la difusión de información que colabore con la búsqueda y el hallazgo los chicos.

"El ingreso de los datos de niños, niñas y adolescentes extraviados se realiza a partir de notificaciones remitidas por los organismos competentes en la materia, con la forma de denuncias o presentaciones ante un juzgado o fiscalía", agregó Azparren. A diferencia de una ONG como Missing Children, la policía está obligada a enviar la denuncia al Registro dentro de las 12 horas, y por ese motivo los datos entre las organizaciones no gubernamentales suelen no coincidir con los oficiales.

"La franja etaria en la que se evidencia mayor número de denuncias por extravíos se da entre los 13 y 16 años", agregó la funcionaria. Ese dato coincide con la tendencia mayoritaria al abandono voluntario. Es que además de huir de sus hogares por situaciones de violencia, algunos también se ausentan siguiendo a una pareja o imitando conductas de amigos o compañeros del colegio.

Las redes sociales

Esta problemática hoy se ha visto agravada por el auge de las nuevas tecnologías, sobre todo por el uso de las redes sociales, que muchas veces predisponen a que niños o adolescentes interactúen con personas mayores que no pertenecen al ámbito familiar y que son desconocidos por ellos. Por eso, la ONG Missing Children ha elaborado una serie de recomendaciones destinadas a padres y chicos para prevenir este tipo de situaciones.

De acuerdo a la organización, es importante que la computadora esté en un ambiente de uso familiar, en lugar del dormitorio, así como también que el niño no pase muchas horas frente a la PC; es central que los padres conozcan a los amigos "cibernéticos" de sus hijos, y sobre todo, resulta fundamental enseñarles que no tienen que dar datos personales por internet, tales como nombre completo, teléfono, dirección o escuela a la que concurren.

Si reciben un mensaje acosador, de naturaleza sexual o amenazante, Missing Children recomienda enviar una copia del mensaje a su Proveedor de Servicio de Internet (PSI) y pedir ayuda a las autoridades competentes. Actualmente hay servicios que califican los sitios web por contenido, así como programas de filtro y navegadores que permiten a los padres bloquear determinados sitios.